30 December 2006

Dos mil seis

¿Me puedo poner nostálgico?

Dos Mil Seis es un año de palmeras de chocolate.

De capoeira en garages solitarios y de vueltas a Sao Martinho 86 con interminables transbordos. De habitaciones destrozadas y cocinas llenas de cacharros. De pijamas debajo de pantalones y bufandas de colores.

Un año de culos de pingüino y cortes de pelo. De esprints en sofás y gatos calientes que parecen perros. De narices tatuadas y Zovirax. De gnochis y Ramonas. De Tiger Masters y de Nicky Sparks. De estadios sin fondos y francesinhas con molho.

Un año de paraguas rotos y teléfonos en linea directa con Dios. De testículos cortados y White Russians. De kumbaias y misteriosos encapuchados. De Pepiniers y disturbios callejeros.

Un año de finos en balcones y Strip-Looping-Louis. De rallys en tascas y viajes en maleteros. De coches fantásticos y Super Goofys. De ombligos y vasos de leche. De cuartetos futbolísticos y pantallas gigantes. De caricias en la nuca y despedidas en pasillos.

Un año de Poppes y gambas al ajillo. De Maniches y noches en bancos.
De Turnedos y desmayos entre multitudes. De tomates y cucuruchos. De rancios e implantes de silicona. De piruletas y bolsitas de té.

Un año de hueverías y mimos callejeros. De fotos recortadas y hombres-orquesta. De raquetas y cenas en bares minúsculos. De Alaskas y Madonnas.

¿Qué tal suena el número 2007?

27 December 2006

Uno-cero

Tras años de dedicación al estudio de la ciencia maternológica, he llegado hoy a la conclusión de que ese ser que gobierna las vidas de cada uno de nosotros, y al que conocemos como madre, funciona claramente según las normas recogidas en la lógica booleana -para los no estudiantes de informática: exáctamente igual que un ordenador-

¿Cómo trabaja un ordenador? A la espera de posibles rectificaciones por parte de mis abundantes lectores informáticos, siempre me han dicho que un ordenador, reducido a la mínima expresión, solo es una maquinita que se encarga de codificar y decodificar Unos y Ceros. Sí o No. Blanco o Negro. Correcto o Incorrecto. Exáctamente igual que una madre.

Mientras no se le diga a una madre, que cierta información X es errónea, esta información X seguirá siendo cierta hasta un tiempo = + infinito. Así, si a una madre se le dice: "Me gustan estos cereales", se debe saber que lo que ella interpretará es: "Cereales = Correcto = Sí = Uno", provocando la compra de los cereales en cuestión durante un tiempo cercano al infinito.

De la misma manera, expresiones del tipo: "Esta camiseta no me la pongo mucho", son interpretadas como: "Camiseta = Incorrecto = No = Cero = Retirada_inmediata_de_camiseta_en_cuestión_así_como_cualquier_prenda_semejante_en _quince_metros_a_la_redonda"

13 December 2006

Miau

Quien me conoce más o menos bien sabe que los animales me dan bastante igual. Los perros me caen mal, tengo peces y les hago el mismo caso que al jarrón que tienen al lado, tuve un par de tortugas y murieron por falta de alimentación e higiene.

Mia no me convirtió en el mayor amante de los perros, ni me hizo preocuparme por mis peces, ni siquiera trajo de vuelta a mis tortugas. Pero le cogí cariño, que caralho.

Peluda, huraña, perezosa, antipática, preocupantemente excitada durante los meses del celo, Mia, creció cerca de la lavadora y se crió jugando entre botellas de cristal vacías, periódicos viejos y moquetas llenas de bolas de pelo. A sus amigos-gato les dijo que los mejores momentos de su vida los pasó tomando el sol en el balcón-playa de Zebra.

Miau, Mia.

11 December 2006

Carta desde el hemisferio sur

Querido hijo de perra,

Mi trabajo es el mismo que el tuyo: Papá Noel callejero, aunque con una pequeña diferencia.

Sé que piensas que es un buen curro para estas fechas. No parece demasiado esfuerzo: solo tienes que pasear por la calle, repartir unos cuantos caramelitos, pasar de los insultos de una pandilla de adolescentes, dar un besito a tres o cuatro bebés y quizás posar para alguna que otra fotografía. Aunque haga un poco de frío, tú vas con tu traje estilo laponia, tu gorro y tu barba postiza: de frío nada. A poco que te den seis euros la hora, es un chollo.

No pensarías lo mismo si vivieras en el hemisferio sur como yo, cabrón. Si aprendiste algo en la escuela, sabrás que aquí está a punto de empezar el verano. Es decir, hace un calor que te cagas. Y aquí estoy yo, con mi traje estilo laponia, mi relleno de espuma en el estómago, la barba -que hay que joderse con lo que pica-, y el gorrito que no me dejan quitarme ni al entrar en la playa. ¿Tú sabes lo ridículo que me siento al entrar en una playa vestido con un abrigo rojo y botas de nieve? La gente ni se molesta en aguantarse la risa.

Y el sueldo que gano... en fin. Entre la deshidratación y lo que supone aguantar las risas de los demás durante tres asfixiantes semanas, debería cobrar más que Lula.

Solo te escribo para decirte que te odio; y que como me entere de que te quejas en algún momento de estas navidades, me gastaré el poco dinero que saque estas fiestas en un matón a sueldo que no dudará en llenarte el turrón de Polonio.

Estás avisado.

08 December 2006

Polonio

Supongo que habréis oído la historia del espía ruso ultimamente, el tal Litvinenko, al que han envenenado con una sustancia conocida como Polonio.

Por lo visto, el asesino, además de envenenar al pobre Litvinenko, se ha ido dejando por ahi rastros da la sustancia en cuestión, y parece que media Europa está ahora llena de la radiación del famoso Polonio.

(Qué pueblerino me parece, por cierto, descubrir un elemento químico y ponerle el nombre de tu país. El día que yo descubra uno, no temáis porque no le pondré Españio. Por si hay algún tipo de duda nacionalista, os digo que tampoco le pondré Païsoscatalonio)

En fin, que con la cantidad de controles que se hacen ultimamente en los aeropuertos, me parece fatal que no hayan pillado a un tío que iba por ahí con pérdidas de Polonio. Y aún me parece peor que ningún pasajero de los de su alrededor le dijera que tenía un agujerito en la botellita de veneno. "Oye tío, que vas perdiendo Polonio, ponte un Indasec". Esos detalles se agradecen.

Muy mal tiene que estar el tema de los matones a sueldo para que manden hacer este tipo de faenas a tíos como este. Si alguno de vosotros está pensando en acabar conmigo, que no escatime en gastos. Y quien quiera saber cuál es mi kriptonita, que no dude en preguntar; todo es poco por una muerte con clase.

04 December 2006

Mesura

Un poco de mesura, por favor. O más bien un poco de cordura, de sentido común. Que una cosa es celebrar la Navidad, una época del año bonita y tal, con sus regalitos y sus buenas intenciones; y otra bien distinta es entrar en una absurda competición con tus vecinos sobre a ver quién pone más adornos en el balcón de su casa.

Desde hace un par de años, por estas fechas, no hago más que ver niños intentando suicidarse tirándose por el balcón de su casa. Niños que no existen, por cierto, que cuando estoy a punto de ir a buscar la cámara de video recuerdo que se trata de la ridícula moda de poner papanoeles en miniatura que simulan escalar los barrotes de tu balcón.

Lo que parece que se va a llevar mucho durante los próximos años, son los papanoeles a tamaño real. Nada de ridículas miniaturas, ni de desfasadas reproducciones a dos dimensiones. ¡Un Papá Noel tamaño Sabonis! Eso sí que es navideño. Si queréis comprobarlo, pasad por cualquier bazar chino y fijaros en esos enormes muñecos que cantan un villancico en un idioma desconocido cuando pasáis por delante de ellos.

Eso sí, por mucho que pasen los años, lo que nunca pasará de moda, son las lucecitas. Intermitentes, de un color, de varios, con o sin música; la elección es tuya. Un aviso: si pasáis cerca de mi casa a partir de la próxima semana y véis una exagerada cantidad de luz a treinta metros del suelo, no temáis, no es ni la aurora boreal, ni la Feria de Abril adelantada por el cambio climático, ni la avenida principal de Marina d'Or Ciudad de Vacaciones. Son las luces de mi madre, que no se va a dejar ganar por la fracasada del tercero.