26 September 2006

Primer día

La noche anterior le cuesta mucho dormirse sólo de pensar en el partido de fútbol del patio.

Por la mañana no le despierta su madre, sino que un aparato con números rojos escupe de repente noticias que hablan sobre gente mayor. No hay bocadillo de Nocilla esperándole en la mesa de la cocina y la mochila pesa exageradamente menos de lo habitual.

En el autobús del colegio no reconoce a ninguna de las cincuenta y cuatro personas que están bostezando al mismo tiempo, y se sorprende mucho al ver que pasa de largo de su colegio y lo lleva a un edificio mucho más grande. En los pasillos nadie grita ni corre, y no le llega por ningún lado el olor a puré que comerán los niños que se queden al comedor.

Se queda con la boca abierta al comprobar que sus compañeros de clase son mucho más gordos y calvos de lo que eran antes del verano; ni recordaba tampoco que les gustaran tanto las camisas a cuadros.

La profesora que tanto le gustaba, encima, se ha convertido en un chico de la edad de su hermano, pero con más cara de malo.

Abre su mochila, y no hay rastro por ningún lado de los rotuladores Carioca, ni del Plastidecor color carne que tanto le había costado robar el año pasado, ni de la pelota del patio, ni siquiera de las tijeras con punta redondeada.

Levanta la cabeza y mira a su alrededor. No sabe donde está.

18 September 2006

Cables

Quien más quien menos, ha vivido el momento en el que su padre, alegando pertenecer a otra época y un más que reducido conocimiento en asuntos tecnológicos, le ha cedido el testigo en una de las materias más engorrosas a las que se puede enfrentar un ser humano: el cableado.

Bienvenido al fascinante universo de los euroconectores.

Si además se da el caso de que la vivienda en cuestión ha entrado ya en la era digital, nos encontraremos ante la titánica misión de conectar entre sí los siguientes aparatos del demonio: televisión, decodificador y video/DVD.

Lo que aparentemente debería ser una sencilla tarea para un joven plenamente adaptado en la frenética vida del siglo veintiuno, se convierte en un suplicio insoportable que comienza con un golpe en la cabeza producido por una estanteria convenientemente colocada justo en cima del televisor, y termina con la triste y evitable muerte del joven en cuestión, que irónicamente ha decidido suicidarse utilizando a modo de horca el cable que conecta su flamante lector de DVD con el televisor.

13 September 2006

La indignísima actividad de beber en una fuente

He aquí un desafío: intenta beber en la fuente de cualquier parque sin perder la dignidad.
Está más que claro que ni lo vas a intentar, porque sabes bien que es imposible.

Para empezar, solo por acercarte, la gente de tu alrededor ya empieza a perderte un poco el respeto porque saben que el último cliente de ese expendedor de agua caliente con cierto regusto metálico ha sido el perro de tu vecino.

Elijas la postura que elijas para acercar el morro al grifo, vas a quedar retratado. Las fuentes han sido diseñadas con un tamaño apto para que puedan ser utilizadas tanto por niños como por el perro de tu vecino, así que no suele quedarte más remedio que acercar tu boca al grifo agachando la parte superior del tronco, dejando el culo, como se suele decir, en pompa (expresión que odio con toda mi alma). Es de vital importancia decidir hacia donde orientamos nuestro trasero, ya que esta indigna postura puede resultar todavía más violenta si alguien se encuentra detrás de nosotros esperando su turno.

Si a toda esta serie de inconvenientes, le añadimos que un altísimo porcentaje de los grifos de las fuentes funcionan de pena, provocándote que metas más líquido en los agujeros de la nariz que en la boca, y que termines con media cara y parte de tu camiseta llenas de agua, no me extraña que en la mitad la las grandes ciudades europeas hayan empezado a quitar todas las fuentes. No es cuestión de enriquecerse vendiéndote a precio de oro botellines de Evian. ¡Es cuestión de glamour!

11 September 2006

Mi verano

El 26 de Junio encendí la televisión.

Hoy la he apagado.

PostData: Un día fui a la playa.

06 September 2006

Todo cambia

Me voy tres meses, y a la vuelta, tengo otro canal en la televisión. Gratis, sin pedirlo. Pasan tres meses más, y sin casi haber tenido tiempo de ampliar mi ya saturado horario televisivo –sí, soy de esos obscenos dinosaurios del siglo veinte que todavía no sienten vergüenza al decir que les gusta la televisión-, sale otro, así, de la nada.
Millones de insensatos que vivieron años acostumbrados a que el número cuatro correspondiera a Canal +, y el número seis a Antena 3 –sigo sin ver la relación-, pasaron automáticamente a ser unos desgraciados del mando a distancia.

Cambio al canal de música, y no salgo de mi asombro al comprobar que resulta que ahora Dover se parece más a Madonna que a Dover –como ya me había avisado mi amigo Gorretes-. ¿Qué le pasa a esta gente? ¿No les da ni un poquito de palo pintarse el pelo de rojo y bailar como borrachas de discoteca de pueblo después de haber compuesto canciones como La monja mellada?

Y por si estos no eran suficientes cambios, se juntan unos cuantos listillos y deciden que ahora Plutón ya no es un planeta. ¡Venga, hombre! Intenta ahora decir los planetas del Sistema Solar sin que al final se te escape ... ¡Plutón! Es como intentar decir El Padrenuestro sin añadir Amén al final. Coitus interruptus.