28 March 2007

Y respira

¿De qué está hecho el Vicks Vaporub?

¿Por qué por la nariz está tan bueno pero por la boca tan malo?

¿Es adictivo?

¿Por qué otros orificios corporales se puede utilizar?

¿Inhalar qué cantidad nos llevaría a la sobredosis?

¿Esta sobredosis consistiría en unos orificios nasales demasiado despejados?

26 March 2007

Guiris

Viajar mola. Lo que no mola tanto es que te timen. El problema es que es casi imposible que si haces lo primero, no te ocurra lo segundo.

Huyes de los restaurantes que tienen menús en la puerta en todos los idiomas; evitas entrar en museos que si estuvieran en tu ciudad ni siquiera te plantearías visitar y te resistes de pagar dos euros por subirte a torres muy altas que lo único que te van a permitir es ver la ciudad que visitas a quince metros sobre el suelo. Espectacular.

Todo esto lo consigues tras realizar un ejercicio de autocontrol que bien requiere el conocimiento de técnicas budistas y la concentración propia de un monje carmelitano.

Pero inevitablemente, el momento en el que literalmente te la clavan, ha de llegar. En un momento de indecisión en que te encuentras con las defensas bajas, un repartidor de folletos te entrega el cebo. Acudes al espectáculo musical/obra teatral/exposición cultural, esperando empaparte de la cultura autóctona del país o ciudad que visitas.

Miras a tu alrededor y en la sala no ves más que reproducciones de tí mismo. Guiris con bolsas de souvenirs que empiezan a comprender que lo que allí se va a representar no es precisamente un espectáculo maravilloso. Por lo menos no estoy solo, piensas. Es un consuelo.

La representación, que resulta ser tan mala como esperabas, es interrumpida por alguna que otra carcajada nerviosa: son los dueños del establecimiento, que te observan a través de un cristal sin poder creerse que sigan clavándosela dia tras dia a tanto papanatas extranjero.

23 March 2007

Autoengaño

Tú, que eres -o has sido- estudiante como yo, sabes bien que has practicado en infinidad de ocasiones el autoengaño.

La vida del estudiante se mueve mucho por estados de ánimo. Si aprovechas el tiempo y haces cosas, te sientes bien. Si después de comer te quedas hasta las cinco en el sofá viendo las series de la Cuatro, te sientes mal.

Sin ir más lejos, esta tarde -después de mi obligatoria ración de series- he dedicado gran parte del tiempo a la siguiente lista de actividades: ir a la tienda de fotocopias, imprimir un kilo de papeles, volver a casa, graparlos, ordenarlos y meterlos en sus carpetas. ¿Cuánto he aprendido? Nada. ¿Cuánto tiempo he dedicado? Dos horas. ¡Conciencia tranquila!

El autoengaño ha surtido efecto. ¡Puedo bajar a jugar!

19 March 2007

Tómbola

Toda fiesta patronal que se precie debe tener una buena feria. Con su noria, su algodón de azúcar, sus adolescentes-atracadores y su tómbola.

El regalo más preciado en la tómbola del año 2007 ha sido sin duda alguna, un megáfono. Como a la gente -y en especial a la gente que va borracha- no le gusta gritar, nada mejor que regalarle un megáfono.

Me imagino en el anterior congreso de fabricantes de regalos para tómbolas de feria, a todos los jefazos de la industria feriante, intentando encontrar un regalo que pudiera hacer felices a todos los (pre y post) adolescentes amantes de los gritos sin gracia. Quien propuso el megáfono fue sin duda un visionario.

Para las próximas temporadas, quien sabe, quizás regalen una bocina de barco, una sirena de ambulancia, una cobra venenosa, armas nucleares.

16 March 2007

Juguete

Estoy empezando a perder la esperanza. Tras años de apasionada e infructuosa búsqueda, comprendo que nunca llegaré a encontrarle a él o ella.

El primero de ellos fue Jorge Alejandro, quien desde un principio parecía ofrecerme años de fidelidad y diversión, pero que me falló cuando nuestra relación se complicó mínimamente.

La historia con Melania fue muy diferente. Cumplía en todos los aspectos de nuestra relación, era atenta y entregada, obediente y risueña, una mujer que podría haberme hecho feliz el resto de mi vida. Desgraciadamente, nos venció aquello que siempre termina con las relaciones cuasi-perfectas: la rutina.

La última de mis experiencias aún no me ha revelado la totalidad de sus consecuencias, aunque estas prometen ser devastadoras. Acudí a la cita a ciegas aconsejado por una persona que jamás debería inmiscuirse en este tipo de asuntos: mi madre.
Su atractivo y carisma inicial ocultaban sus más oscuras y lascivas intenciones. Me dejé llevar seducido por sus perversas caricias y ocurrió lo que debía haber imaginado desde un principio: en sus manos, me sentí como un juguete.

Ahora, ya en casa, me miro al espejo y no me reconozco. Me avergüenza salir a la calle por miedo a pensar que todo el mundo sepa lo que esta mañana me ha ocurrido.

Lo único que a partir de ahora será capaz de hacerme levantar de la cama cada mañana, será la mínima esperanza de que, en algún lugar del mundo, existe un peluquero/barbero/estilista que me comprenda y me escuche, que me divierta y me respete; en definitiva, que me acepte tal y como soy.

04 March 2007

¡Toma!

Dejemos de hablar de sexo por unos días y volvamos al fútbol.

Llevo viendo desde hace unos meses una tendencia en las gradas de los campos de fútbol que no sé si es nueva, o ya venía ocurriendo desde hacía tiempo.

La cuestión es la siguiente. El equipo de casa marca un gol, y la cámara enfoca pocos segundos después a la grada para transmitir la celebración de los hinchas. En esa imagen observamos habitualmente gente saltando, gritando, perdiendo el bocadillo, las pipas, abrazándose con el de al lado, sonriendo. Gente feliz, al fin y al cabo.

Lo curioso es que alrededor de toda esta gente feliz siempre encontramos a un individuo haciendo un corte de mangas. No falla. El tío levanta el brazo, cierra el puño y se golpea con la otra mano el antebrazo levantado. Acompaña normalmente el gesto con un sonoro "¡Toma!", que lo hace con la boca mucho más abierta de lo normal, alargando la "o" del principio durante un par de segundos.

¿Qué le pasa a este señor? ¿No tiene a nadie con quien abrazarse? ¿Se ha hecho un esguince celebrando el anterior gol de su equipo y no tiene más remedio que celebrarlo así? ¿Odia a todo el mundo?

Si tenemos en cuenta que en ese plano televisivo debe haber alrededor de treinta personas, y que un estadio de fútbol de primera división suele registrar una entrada de unos cincuenta mil espectadores, podríamos decir que en ese momento hay mil seiscientas sesenta y seis personas mandando a tomar por culo a alguien.

¡Cuánto infeliz! Que los junten a todos en el mismo sector de la grada y aprendan lo bonito que es abrazar a un desconocido. La de posibles romances que están desaprovechándose por no saber situar bien a la gente en un estadio...