25 April 2007

Helado

Roque compra en el supermercado un bote de helado con trozos de galleta. Le encanta. Hace tiempo que no probaba algo que le gustara tanto; es posible que nunca haya probado algo que le gustara tanto. De alguna manera, Roque nació para comerse, algún día, el bote de helado que tiene entre las manos.

Cuando se lo acaba, Roque no sabe qué hacer.

Puede salir a por más, guardarlo en la nevera e ir comiéndoselo poco a poco.

Roque puede también no volver a probar nunca más ese helado: la vainilla, chocolate y trozos de galleta que había dentro de aquel bote de helado alcanzarán la condición de mito.

¿Romanticismo o estupidez?

23 April 2007

Retoque

Fecha tope: 4 de mayo.

Antes de ese día debía pasar por el estudio de fotografía que hay en mi universidad para hacerme el retrato con el que mis compañeros de quinta me iban a recordar durante el resto de sus vidas.

Momento dramático el de hacerse la foto de la orla. Un inoportuno grano primaveral o unas ojeras provocadas por una mala noche pueden hacerte pasar a la historia como el más feo de toda la clase. En cada orla, hay uno. La vista se te va hacia él: Cómo podía llevar ese pelo, se podría haber afeitado la perilla, ¿es que no sabe abrir los ojos?, qué asco de granos, vaya pinta de drogata, menuda frentuda, etc.

En fin, paso por el estudio días antes de finalizar el plazo, después de que en un mismo día, dos amigas -¡por separado!- me dijeran que estaba guapo. No podía fallar, ese era el día.

Poso esforzándome en poner la más sincera de mis sonrisas falsas. Mi rigidez facial es preocupante, pero no pasa nada: hoy estoy guapo.

Me acerco al ordenador donde la amable fotógrafa acaba de descargar las fotos que me acaba de hacer. El mundo se me viene encima: soy la antifotogenia personificada. Seré recordado como el piel-grasienta-pelos-raros-sonrisa-falsa-mirada-perdida de mi generación.

Obviamente, pago los veinte euros correspondientes al retoque digital.

16 April 2007

Disculpe

Disculpe azafata, ¿cuál es la pena que hay que cumplir en Italia por infanticidio?

07 April 2007

Boicot

Todos lo odiamos, pero tarde o temprano, siempre acaba apareciendo.

Hablo del temido y odiado círculo de baile.

Suelen producirse en noches en las que todo está en término medio. Sales con amigos, pero no son tus habituales compañeros de juerga. La gente tiene ganas de bailar, pero no lo suficiente como para separarse del grupo. Todo el mundo ha bebido, pero no lo bastante como para salir disparado en busca de presas inocentes.

Y es entonces, en el momento que menos te lo esperas, cuando este indeseado fenómeno se produce. La gente se pone en círculo, equidistantes unos de otros, y baila tímidamente sin mirarse a las caras. El hueco que repentinamente se forma en el centro del grupo es abismal, casi infinito. Nadie se atreve a poner un pie en él por miedo a ser engullido por este agujero negro surgido espontáneamente de la nada.

Si el grupo es de cuatro personas, el círculo es discreto, intimo, aceptable. Pero como el grupo sea de ocho personas o más, el vacío que se forma en el interior es tan grande que es casi obligatorio que empiece a salir gente de la discoteca urgentemente.

Una vez se ha formado, es imposible escapar de él. Si intentas salir hacia fuera, te encontrarás solo, sin amigos. El círculo volverá a cerrarse, y tu espacio será rápidamente ocupado por tus anteriores compañeros de baile. Si intentas salir hacia dentro, la situación es todavía peor: estarás en medio de siete semi-desconocidos que repentinamente han encontrado un punto fijo en el que concentrar su mirada mientras practican sus tímidos bailes. Intentarás concentrarte en bailar de frente a uno solo de estos siete semi-desconocidos, pero las atentas miradas de los otros sobre tu espalda te harán sentir incómodo, provocando que inconscientemente empieces a rotar lentamente al mismo tiempo que bailas. Si en estático no se te dan muy bien los movimientos coordinados de brazos y piernas, olvídate de hacerlo mejor mientras giras sobre tí mismo.

Es importante estar bien situado una vez ve uno que, inevitablemente, el círculo empieza a formarse. Solo podrás hablar con quien tengas directamente a tu lado, con lo que es vital evitar que el pesado del grupo no esté a tu derecha, así como que el chico/a que te gusta esté justo enfrente tuyo observando con una perspectiva envidiable lo mal que bailas.

Es por todo esto por lo que, desde aquí, quiero impulsar un sistemático boicot a los odiosos círculos de baile. Si observais alrededor vuestro la inminente formación de uno de éstos destructores de la diversión, actuad: tiraos al suelo, gritad como locos, haced que la gente baile la conga, los patitos o la mayonesa.

Desde aquí, lo conseguiremos. Estoy seguro.