25 November 2007

Absurda tele

No se lo digáis a nadie, pero en mi casa tenemos uno de esos decodificadores fraudulentos que te permiten ver tropecientosmil canales de televisión, gratis. En teoría, está de puta madre.
El domingo por la mañana hay un interesante partido de baloncesto entre dos equipos catalanes que juegan en la ACB. No se trata de un partido que se juegue en otro país, ni siquiera es un partido que se juegue en una comunidad autónoma lejana a la mía (como podría ser Canarias), sino que es un partido que se juega a aproximadamente 250 kilómetros de mi casa, en la comunidad autónoma fronteriza con la mía.
Enciendo el aparato, y empiezo a pasar canales con el mando a distancia, desde el número 1, hasta el infinito. Además de los típicos canales que podemos encontrar en los no-fraudulentos Canal Satélite u ONO (Fox, Paramount Comedy, Discovery Channel), comienzan a desfilar ante mis ojos toda una serie de imprescindibles canales cuya señal proviene desde las más insólitas zonas de la Tierra.
Dentro de esta lista -y no es coña- están incluídos los fantásticos TV Drenthe, TV Oost y TV Gelderland holandeses, los fabulosos Omroep Zeeland y Omroep Brabant belgas, los formidables Al Masriya y TV7 marroquíes, el chachipiruli Arirang coreano, auténticos referentes televisivos a nivel mundial como el Russia Today y el Cubavisión, ineludibles pilares periodísticos centroeuropeos como el TV Budapest y el checo Sports 1 CZE, tótems del mundo del espectáculo como los alemanes Bayerisches FE o WDR Köln, y un larguísimo e interesantísimo etcétera.
Obviamente, el canal autonómico que televisa el encuentro que se disputa a apenas dos horas y media de mi casa, no aparece por ningún lado, pero ¿quién lo necesita, teniendo Canal Algerie o Al Jazeera? En serio, ¡¿Quién?!

23 November 2007

Pierna izquierda

En noviembre de 2007 me dolía la rodilla izquierda, pero seguía corriendo y saltando sin cortarme un pelo.

Un día, empezó a dolerme un poco más, así que decidí acudir a la clínica para pedir consulta con el médico y que me mandara así descansar unas cuantas semanas. Si no me lo decía un médico, me veía incapaz de parar de correr y saltar.

- Le puedo dar hora para el 7 de diciembre de 2018- me dijo su amable secretaria.

- ¡Pero eso es dentro de once años! - respondí yo, sorprendido.

- Hasta entonces, lo tenemos todo lleno - argumentó ella.

Apunté la fecha y salí de la clínica (privada).

Durante estos últimos once años, sigo corriendo y saltando: ningún médico me ha sugerido lo contrario.

Acudo de nuevo a la clínica a la fecha y hora convenidas. El médico me recibe con semblante serio.

- Me duele la rodilla izquierda - le digo.

- ¡Pero si usted no tiene pierna izquierda, señor! - responde el médico. (En el año 2018, ya soy un señor).

- Lo sé, doctor. La perdí en el año 2011. Nadie me dijo que dejara de correr y saltar - contesto yo, inocente.

- En fin, yo ya no le puedo ayudar. Si quiere, le puedo dar el teléfono de un reputado traumatólogo, que le podrá implantar una moderna pierna biónica- aconseja el doctor.

- De acuerdo - le digo a modo de despedida.

Vuelvo a casa y llamo al traumatólogo.

- Quiero una pierna biónica. - le digo a su secretaria - Izquierda - añado.

- Perfecto, caballero. Le puedo dar hora para el 8 de enero de 2032- me dice la amable secretaria.

21 November 2007

Amén

En el séptimo día, Dios no descansó: creó Lost.

15 November 2007

Nariz

Estoy en la biblioteca, estudiando. Acabo el resumen del tema 3 y me siento algo cansado. Voy al baño, a beber agua y a estirar las piernas.

De camino, en uno de los muchos pasillos formados por las estanterias de libros, me cruzo con una chica: está mirando los libros de Astronomía.

Al pasar por su lado, esta chica y yo nos miramos. Es guapa; muy guapa. Sonrío. Ella sonríe también. Ja. Voy camino del baño con una sonrisa en la cara.

¿Se liga en la biblioteca?, me pregunto.

Bebo, hago unos alegres estiramientos de brazos frente al espejo y me dirijo de nuevo a mi sitio manteniendo una de mis habituales conversaciones conmigo mismo: discuto, pero siempre gano

En el trayecto, comienza a picarme la nariz. Matizo: comienza a picarme mucho uno de los agujeros de la nariz; es insoportable. Me meto el dedo (en la nariz) y lo mantengo ahí durante aproximadamente un segundo y medio.

Transcurrido este tiempo, me doy cuenta de que estoy a escasos centímetros de pasar junto al pasillo por el que se encuentra la chica a la que le gusta la Astronomía. La velocidad a la que camino me impide tanto dar un frenazo brusco como sacar rápidamente el dedo de donde está metido. En milésimas de segundo voy a saber, por tanto, si la chica guapa a la que acabo de sonreír junto a libros que hablan de estrellas va a verme con un dedo metido (en la nariz).

Paso junto al pasillo, y la chica sigue allí. Ella me mira. No tengo tiempo de sacarme el dedo de la nariz pero sí de devolverle la mirada.

Durante un interminable segundo, estoy mirándole directamente a los ojos a una chica (muy) guapa mientras me rasco un agujero de la nariz.

De vuelta a mi sitio, miro hacia la lejanía en la ventana, muerdo mi boli de propaganda y respondo a la pregunta autoformulada veinte líneas más arriba:

Así no, tío.

09 November 2007

Chino

No he conseguido encontrar el link a la noticia en cuestión pero es posible que alguno de vosotros la viérais en televisión últimamente:

El titular decía algo así:

"El Gobierno Chino decide otorgar a todos sus ciudadanos cinco días de vacaciones por cada diez años de trabajo"

Por lo visto, se han reunido las altas instancias del gobierno de este país y han decidido que cero días de vacaciones a lo largo de toda una vida era demasiado poco -¡qué escándalo!- y han decidido ponerse en plan enrrollado con el pueblo y les regalan eso: cinco días de vacaciones... por cada diez años trabajados.

Haciendo un cálculo sencillito nos sale, como ya habréis comprobado, un día de vacaciones cada dos años de trabajo.

Hmm. Esto me sugiere dos preguntas:

1) Todos sabíamos que los chinos trabajan una barbaridad, eso es cierto. Pero, ¿tanto?

2) Después de dos años seguidos trabajando sin descanso, ¿qué coño haces en tu día libre?

Fijo que llamas a tu colega y el muy perro te dice: "Estoy un poco cansao tio, paso de salir. Me voy a quedar viendo una peli."

O pruebas a marcar el número de tu novia y te contesta: "Es que hoy tengo cena de chicas".

O ya, a la desesperada, llamas a tu primo que te cae fatal pero al que le gusta mucho el fútbol, que te responde: "Hoy es lunes, primo. La Champions es mañana"

En fin, amigos occidentales, visto como está el panorama, fijo que me acabaría yendo a trabajar.


02 November 2007

Padrón

Por lo visto, a lo largo de mi vida debo de haber sido un cruel e inmisericorde maltratador de plantas y animales.

Sólo esto podría explicar lo que me sucedió ayer al mediodía, mientras comía:

En compañía de unos amigos, disfrutaba de un agradable almuerzo. En el centro de la mesa, unos apetitosos pimientos del Padrón (unos pican e outros non) me susurraban tiernas palabras al oído.

Seducido, cogí entre mis dedos índice y pulgar uno de estos simpáticos alimentos y lo acerqué a mi boca con la misma naturalidad con la que lo había hecho unos cuantos cientos de miles de veces más a lo largo de mi existencia.

Meses atrás, la naturaleza ya lo tenía todo planeado. En todo un alarde de crueldad y premeditación sin precedentes, concentró todas y cada una de las sustancias más picantes de las que dispone en un único punto de la materia terrestre. Este único punto sería un aparentemente inofensivo pimiento verde. La venganza comenzaba a tomar forma.

Este insignificante pimiento fue probablemente cultivado por una muy mala persona con graves antecedentes penales (solo así se explica la extremada maldad con la que actuó el mencionado vegetal): un violador reincidente, un sangriento asesino en serie, un aficionado del Rácing de Santander.

Con su inmenso poder, a la Madre Naturaleza no le costó demasiado conseguir que esa pequeña arma de destrucción masiva acabara siendo vendida al propietario del restaurante que yo visité ayer. Lo más difícil ya estaba hecho. Que ese pimiento llegara a mi mesa y acabara dentro de mi sorprendida boca era pan comido.

Lo que sucedió a partir de ese instante no se puede explicar con palabras. Cuando comencé a masticar aquel irresistible manjar sentí en mis carnes lo que debe sentir una persona cuando la violenta Guerrilla Colombiana decide lanzar el más explosivo de sus cócteles molotov dentro de su boca.

Si habéis visto las noticias, ya conocereis el resto. Amputación total de lengua y campanilla, además de quemaduras de tercer grado en mis encías y paladar. Nada de hablar, comer ni practicar cunnilingus durante seis meses.

A la espera de un donante de los órganos antes mencionados, mi único modo de comunicación con el exterior será este espacio. Espero volver a escribir más a menudo.

Mientras tanto, sólo una cosa más: ¡Sea lo que sea lo que te haya hecho, lo siento mucho Madre Naturaleza!