18 December 2008

Genocidio navideño

A comienzos del siglo XX, el gremio de los pasteleros decidió por fin poner en práctica su malvado plan para acabar con la totalidad del mundo occidental.
En una maquiavélica demostración de maldad con tintes hitlerianos, los pasteleros introdujeron sistemáticamente una figurita de juguete en el interior de cierto dulce toroidal habitualmente ingerido en la víspera del día de reyes.
El inesperado regalo interior (provisto de numerosas y punzantes aristas) tenía como objetivo instalarse en el esófago del sorprendido consumidor, provocándole irremediablemente una fulminante y dolorosísima muerte. Al bollo en cuestión se le denominó de manera inocente Roscón de Reyes, y a la operación en sí misma (un auténtico genocidio navideño a escala masiva), Bollo del Desierto.
El asunto fue ignorado de manera lamentable a lo largo de todo el siglo XX por la totalidad de las instituciones mundiales encargadas de velar por el correcto funcionamiento del planeta, permitiendo así a los indeseables pasteleros perpetrar una matanza de proporciones prácticamente estalinistas: 3 muertos contabilizados a comienzos del siglo XXI.
Afortunadamente, la cordura era precisamente la cualidad por la que destacaba la clase política de la primera década del siglo XXI. Para frenar de inmediato semejante desfile de inocentes cadáveres, la venta del llamado Roscón debía ser terminantemente prohibida en todos los países que decidieran permanecer del lado de la Declaración de los Derechos Humanos. Los pasteleros, rebajados por la Historia a la condición de animales inmundos, fueron condenados sin excepción a la justicia eterna de la cámara de gas.

02 December 2008

El noventa por ciento

Cinco síntomas inequívocos de vejez a los veinticuatro:

- El 90% de los sms recibidos provienen de la compañía telefónica.

- El 90% de las personas con las que te cruzas en el recinto de la universidad tienen, por lo menos, cuatro años menos que tú.

- El 90% de las siestas que te echas, te sientan bien.

- El 90% de los emails recibidos contienen la palabra Viagra.

- El 90% de tus ídolos deportivos son más jóvenes que tú.

17 November 2008

Wiki

Dudar de Wikipedia a estas alturas es como replantearse la existencia de la fuerza de la gravedad.

13 November 2008

Chachos

Ocurrió de manera tan progresiva que ni nos dimos cuenta.

Reaccioné el día en que el presentador de las noticias de las tres del mediodía de la cadena pública me atracó a punta de navaja en el centro de la ciudad.

- ¿No os sorprende que absolutamente toda la gente que sale en televisión sea de etnia gitana? - pregunté aquella tarde a mis compañeros de trabajo con unos cuantos ecus menos en el bolsillo.


Todos ellos me miraron de forma extraña, sospechando que estaba borracho o que debía sufrir alguna grave enfermedad degenerativa o las dos.


- ¿Es que no ha sido siempre así? - se atrevió a preguntar uno de ellos, quién sabe si con ironía o lástima o las dos.

Todo empezó con Cuatro, a principios de la primera década del siglo, intenté explicarle a mi mujer mientras ella masticaba absorta una croqueta de pollo untada de mayonesa. Con aquel Callejeros, un programa que de vez en cuando tenía el detalle de disimular un poquito colándonos algún que otro reportajillo con putas o drogadictos o personas con el síndrome de diógenes o putas drogadictas con el síndrome de diógenes.

La Sexta no quiso ser menos, le comenté a mi aburridísimo hijo adolescente esa misma noche, con ese calcado y de horterísima cabecera Vidas Anónimas, que a lo único que se dedicaba era a visitar barriadas de la periferia repletas de gitanos con muchos hijos o muchas condenas o las dos.

Como era de esperar, Antena 3 y Televisión Española se subieron rápidamente al carro de la programación romaní, con aquellos indecentes y prescindibles PuntoDoc y Repor, anoté mentalmente en la cama justo antes de apagar la luz de la mesilla.

- La evolución a partir de este momento se disparó de manera increíble, chacho - le comenté a mi mejor amigo junto a una cerveza al día siguiente (en el año 2019, los amigos se llaman entre sí chacho o payo o las dos, según zonas).

- Primero llegó La Ruleta de la Fortuna Gitana, más tarde Dolce Vita Versión Gitana, poco después la Liga Profesional Gitana de Fútbol, que empezó justo antes de que empezaran a distribuirse las primeras pelis porno gitanas. -añadí, ya crecidísimo en mi argumentación

- ¿De verdad que no te acuerdas, payo? - le insistí a mi colega, que me ignoraba completamente porque se encontraba celebrando un gol de Dani Güiza Junior o porque me odiaba, o por las dos.

12 November 2008

Ratón y estantería

Me han dado una beca de investigación: me siento importante.

Tengo un sitio asignado dentro del laboratorio de Residuos Sólidos (=caca) de mi universidad, con su silla, su mesa, sus estanterias y su ordenador. El ordenador lo comparto, según horarios, con otras siete personas, todas ellas probablemente mucho más importantes que yo dentro del selecto organigrama del departamento de Residuos, pero a mi eso me da igual.

En mis primeros tres días como investigador no he descubierto nada que vaya a ser crucial para el futuro desarrollo de la raza humana. De hecho, en siete horas he sido incapaz de instalar el programa informático con el que voy a trabajar. Pero me da igual.

Además de silla, mesa, teclado, ratón y estantería, me han dado una llave. No lo sabía, pero por lo visto me hacía muchísima ilusión tener una llave que diera acceso a algún sitio de la universidad. Me la he puesto en el llavero, por supuesto, como si ese sitio en el que solo he estado tres veces ya fuera mi casa. Cuando estoy en casa y me aburro, me la miro (la llave). Cuando estoy fuera, aprovecho la mínima ocasión para enseñársela a cualquiera (la llave también).

El punto álgido de mi carrera como investigador (y casi podría decir que de mi vida) ha llegado esta mañana. Mientras, concentradísimo, intentaba descifrar el jeroglífico manual que debía ayudarme a meter el maldito programa en el disco duro, un profesor con bata blanca se me ha acercado y me ha dicho:

- ¿Quieres un café? Voy a la máquina...

La estúpida sonrisa que en cuestión de milésimas de segundo ha ocupado mi cara ha debido asustarle, puesto que ha salido del laboratorio sin prácticamente oír mi emocionado:

- No, gracias.

Tampoco me ha visto volver la mirada al ordenador poniendo cara de importante ejecutivo ocupado en sus asuntos.

Además, sí quería un café.

11 November 2008

Cárcel

Cadena Perpetua.

http://images.askmen.com/entertainment/movie/the-shawshank-redemption_1.jpg

Con unos compañeros presos tan increíblemente majos y un buenrrollismo carcelario tan exagerado, ¿a quién no le apetece atracar una sucursal del Banco Santander o clavarle un pincho a una vieja?

28 October 2008

Robot

El mundo de la ingeniería es decepcionante.
Una de las pocas asignaturas que todavía me quedan por aprobar es Automatización de Procesos. En ella, idearemos y redactaremos secuencias lógicas de operaciones que, debidamente codificadas, serán traspasadas a sofisticados programas de ordenador capaces de ordenar el movimiento de diversos tipos de autómatas.
Robots. Moveremos robots, me digo a mí mismo mientras me matriculo.
Un día antes de la primera práctica de laboratorio de la asignatura, el profesor sonríe mientras nos comunica:
- No olvidéis que mañana realizaremos la primera práctica con el autómata programable. - un murmullo de excitación recorre rápidamente la clase. - Yo creo que os gustará. - concluye, simpático.
Regreso a mí casa fantaseando con lo que me voy a encontrar al día siguiente en el laboratorio. Probablemente, algo no muy diferente a esto:
El mundo se me viene encima nada más entro en el aula, veinticuatro horas después. Ni rastro por ningún lado de Terminator, Bender o Wall-e; ni siquiera veo alejado en una esquina al pringao de C3PO.
Sobre la mesa, sin embargo, un estúpido cachivache gris lleno de polvo y clavijas, me saluda con semblante de robo-gilipollas:
Esta mierda de cacharro cuadrado de plástico viejo es un autómata programable industrial. Es capaz de mandar señales binarias a sensores de posición, que responderán, afirmativa o negativamente, encendiendo o apagando una minúscula lucecita. G-U-A-U.
Cuánto daño ha hecho el cine de acción en nuestras débiles mentes sobreinformadas; qué pronto se pierde la fe.

16 October 2008

Patata

Vuelvo hacia mi casa a las cinco de la mañana tras un miércoles noche anormalmente etílico. Me muero de hambre. Durante el camino, fantaseo con el enorme paquetazo de rosquilletas que engulliré compulsivamente al lado de la nevera.
Mis planes cambian repentinamente nada más abro la puerta de la cocina. Sorprendentemente, sobre la mesa, encuentro un plato repleto con el guiso de patatas que ha sobrado del mediodía. No queda carne, solo patatas: una colosal, deforme y viscosa masa semi-líquida de patata. Un auténtico delicatessen de madrugada.
A estas horas de la noche, con mi estómago a punto de intentar devorarse a sí mismo, ingerir estos ciento cincuenta centímetros cúbicos de patata líquida me parece la mejor decisión que he tomado en años. Lo caliento en el microondas y corto pan.
Durante el eterno minuto previo al clink, una idea descabellada comienza a rondarme la cabeza. En todo un alarde de insensatez y guarrería sin precedentes, se me ocurre que todavía sería más de puta madre llevarme ese demencial mejunje a mi habitación y comérmelo allí mismo, con el pan y todo. ¡Un fin de noche memorable, colega!, alcanzo a oír desde lo más profundo de mi cabeza hueca.
Coloco el plato con la montaña de patata líquida y el kilo de pan en una bandeja y me dirijo al salón de banquetes: mi cuarto.
Nunca he presumido de ser un gran camarero, y este es, sin duda, un gesto que me honra. Al entrar en el pasillo, una de las esquinas de la bandeja choca con el marco de la puerta, provocando que el plato con la inmensa montaña de patata semi-líquida salga disparado.
Inexplicablemente, mi elevado nivel de etanol en sangre no me impide hacer gala de unos formidables reflejos de zorro, alcanzando el humeante plato de patata líquida en mitad de su caída libre hacia el suelo.
La buena suerte, eso sí, no podía estar toda de mi lado. Una cantidad de patata líquida cercana al medio kilo ha caido sobre mi pantalón vaquero. El resto, repartido a partes iguales entre mis manos, la puerta y el suelo del pasillo. Hay patata por todas partes; mi casa se ha convertido en un auténtico infierno tuberculoso.
Rezo avemarías para implorar que nadie en mi casa haya escuchado el escándalo que he armado en el pasillo: en estos momentos, el parecido de lo que iba a ser mi cena con un enorme charco de vómito es sorprendente. Puaj, lo sé. Se trata, sin duda, de una sitación difícil de explicar.
Friego el pasillo y me acuesto. Sigo con hambre.
Vuelvo a la cocina y como pan. Solo pan.

10 October 2008

Cuchillo

Anoche me ocurrió una cosa muy extraña.
Caminaba por una calle vacía y me crucé con un hombre bajito. Se puso frente a mí y, nervioso, me dijo mirando a los ojos:
- Dame seis euros y treinta centimos, hijo de perra.
Su curioso tono de voz me resultaba muy familiar, aunque el pañuelo negro que le cubría la mitad inferior del rostro me impidió reconocerlo en ese instante.
- Dámelos ya, cerdo, o te clavo este cuchillo en el estómago - insistió el hombre bajito con voz aguda.
Traumáticas experiencias adolescentes han provocado que me convierta en un auténtico gallina ante este tipo de situaciones, de modo que, muy asustado, saqué el billete de diez euros que llevaba en la cartera.
El señor bajito, guardó el enorme machete en el bolsillo de su americana estilo neoyorquino, y me devolvió los tres euros con setenta correspondientes al cambio.
Con mi dinero ya en su poder, el hombre bajito me miró con ojos incómodos. Parecía sentirse mal por lo que acababa de hacer: sin duda, el de atracador nocturno no era su oficio principal.
- Lo siento tío. -acerté a comprender a través del pañuelo que cubría su boca. - Lo siento de verdad. Me apetecía un montón hacer una película en una ciudad española, con actores reconocidos y diálogos curiosos. No era mi intención que todo esto acabara así, en serio.
Me dejó ir.
Con algo menos de dinero en el bolsillo, aunque sin un cuchillo clavado en el estómago, me acosté con cara de gilipollas.

28 September 2008

Demasiada información

Hay gente que tiene la lengua muy larga. Personas que se envalentonan, y si no les paras, te pueden relatar con el más mínimo detalle el color y textura de su última deposición.

En el sitio donde trabajo los fines de semana hay un vestuario. El tiempo que pasamos cambiándonos en el vestuario de chicos no supera los seis, siete minutos. Las conversaciones, cortas y fragmentadas, suelen girar en torno a el trabajo en sí, o la Fórmula Uno.

Desde hace una semana, esto ha cambiado. Un simpático personaje ha aparecido en nuestras vidas para amenizar esos momentos en los que cambiamos nuestras zapatillas sucias por unos zapatos relucientes.

El primer día, en cuestión de cuatro minutos (exactos, de reloj), supimos que el bueno de Enrique (nombre ficticio) estaba divorciado, que su mujer le había denunciado por malos tratos -injustamente-, y que sus hijos pensaban que estaba muerto.

¿Demasiada información?

¡Demasiado poca!, debió pensar el bueno de Enrique. Solo así se explica que en el segundo día que apareció por el vestuario fuera capaz de relatarnos con todo lujo de detalles cómo un travesti practicó tres felaciones consecutivas a él mismo y dos colegas más colocados en fila india.

¡Y cómo la chupan los travestis, colega!, nos ofreció, a modo de despedida.

¿Qué será lo próximo? ¿Nos comentará que le va la coprofagia? ¿que fue él quien se cargó a Miguel Ángel Blanco?, ¿que tiene tres testículos?

09 September 2008

Imagínate

Imagínate a un tonto con una sierra mecánica. A este tonto le encanta el estruendo que produce su sierra mecánica, y durante solo una semana al año se viste con un atuendo acorde a su enorme y carísima sierra mecánica.
Imagínate a un montón de tontos como este tonto. Con un montón de tontos no quiero decir que te imagines a cincuenta tontos, no, no. Quiero que te imagines, por lo menos, a cinco mil tontos, todos juntos y contentos con sus relucientes sierras mecánicas. Algunos de estos tontos han recorrido miles de kilómetros para reunirse con el resto de tontos amantes de las sierras mecánicas. Hay que ser un poco tonto, pensarás.
Imagínate que, durante una semana, estos cinco mil tontos poseedores de demencialmente ruidosas sierras mecánicas se pasean impunemente por tu ciudad, reventándote sin compasión los tímpanos con el potente e inmisericorde motor de sus sierras mecánicas.
Imagínate que el último día de esta semana, esos cinco mil tontos salen juntos a la calle con sus delirantes sierras mecánicas. A su paso, la gente que no posee sierras mecánicas sale de sus casas y observa agilipollada el funcionamiento de estas flamantes, estúpidas y ensordecedoras sierras mecánicas; ignorando los chorros de sangre que brotan propulsados de manera continua de sus orejas.
Imaginate que hay mucha gente a tu alrededor a la que le gusta la semana en la que tu ciudad se llena de tontos con sierras mecánicas, y que algunos de ellos acabarán comprándose, al cabo de cierto tiempo, una detestable sierra mecánica.
Aparentemente, este post no tiene demasiado sentido.
Sustituye ahora las palabras sierra mecánica por la palabra Harley, y la palabra tonto por la palabra gilipollas. Vuelve a leer el texto.
En efecto, tú lo has dicho. Si al principio no teía ningún sentido, ahora se ha convertido en una autentica memez.

26 August 2008

londonlite

Ayer por la noche me encontre a un simpatico paquistani repartiendo periodicos gratuitos dentro de mi habitacion.
Le dije: no, thanks, mate. Acababa de leerlo hacia solo veinte minutos en el metro de vuelta a casa.

19 August 2008

ipod

En el metro de Londres, a las ocho y media de la mañana, nadie habla, nadie escucha, nadie se mueve.
Los unicos signos de vida que demuestran los impavidos maniquies que atestan cada uno de los vagones se observan cuando uno de ellos decide subir el volumen de su ipod.
Si toda la energia consumida por todos los ipods que se encuentran una mañana en el metro de Londres se utilizaran para producir cualquier otro tipo de energia, se podria abastecer electricamente a la totalidad de la poblacion de Zimbabwe durante una semana.
Bueno, o algo asi.

14 August 2008

Mi primer uzbeko

En el restaurante turco donde trabajo, la persona que friega los platos es un uzbeko (de Uzbekistan). Nunca habia conocido a una persona de este fascinante pais de Asia Central. Es mi primer uzbeko.
Mi primer uzbeko tiene rasgos orientales, pierde los ojos detras de sus mofletes al sonreir y le gusta llamarme my friend.
Mi primer uzbeko es de esas personas para las que el mundo gira a una velocidad inferior a la del resto. Cuando todo en la cocina se vuelve caos, locura y confusion; cuando lo unico que se escucha a su alrededor son gritos, platos chocando, cubiertos cayendo, agua hirviendo salpicando, mi primer uzbeko frunce ligeramente el cenyo, acelera minimamente la velocidad de sus movimientos y rebaja poco a poco la altura de colosales pilas de cacerolas llenas de grasa incrustada. Y aun tiene tiempo de ensenyarme su dedo pulgar si se cruzan nuestras miradas.
Mi primer uzbeko trabaja solo por las tardes y se llama Akhmed.

13 August 2008

Al reves

Muchas cosas funcionan al reves que en el resto del mundo en el Reino Unido. La exagerada cantidad de lluvia en verano, la circulacion de los vehiculos por el carril izquierdo de la calzada y el hecho de que las tias se vistan de forma horrible para salir por la noche son solo los ejemplos mas evidentes.
Algo similar ocurre con los coches de policia. En el resto de atrasados paises europeos, cuando un coche de policia se encuentra en una emergencia y necesita avanzar rapidamente entre el trafico, enciende la sirena y las luces. Cuando no pasa nada y todo va bien, silencio.
Aqui, sin embargo, el sistema es al contrario. Cuando un coche de policia circula a gran velocidad emitiendo un insoportable sonido atronador, es que no ocurre nada de nada. Todo va bien, ciudadanos, nos estan diciendo con ese simpatico aniquilador de timpanos.
Cuando hay una emergencia, o algun malhechor a quien perseguir, desconectan sus agradables melodias del infierno y comienzan a circular como personas normales.
Solo asi se explica que sea imposible pasear por zona alguna de Londres sin que te sangre el oido cada dos minutos y medio.

10 August 2008

Servilletas

Una, dos, tres, cuatro. La primera pareja encima de la segunda, en sentido contrario. Tres centimetros. Asi hasta el infinito. Imagino que al acabar el mes habre doblado servilletas suficientes como para alcanzar la altura de la Torre Eiffel. Cinco, seis, siete, ocho. Hago el calculo y el resultado es decepcionante: la altura de mi ridicula torre de servilletas no seria superior a la de un edificio de siete plantas. Nueve, diez, once, doce. Suena por decimoseptima vez en el dia de hoy esa cancion de una insoportable cantante italiana a cuya horrible voz parecen inmunes los managers del local. Trece, catorce, quince, dieciseis. El Turco mas Gilipollas del Mundo vuelve a mirarme con ambiciones asesinas por tener que cargar con una bandeja llena de platos que quizas me corresponderia llevar a mi. Yo tambien le odio. Bastante mas que el a mi, probablemente. Diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte. Veo a traves de la cristalera circular una furgoneta que lleva estampado un rotulo sobre el que se puede leer: Almacenaje de Ardillas. Se almacenan las ardillas por la noche? Son sofisticados robots de animatronics los simpaticos animalillos a los que hacemos fotos en Hyde Park? Veintiuno, veintidos, veintitres, veinticuatro. Dieciocho centimetros.

01 August 2008

Hormigas

Soy de los que tiene 24 anyos y todavia le da verguenza ir a comprar condones. Como por desgracia no tengo que comprarme una caja de doce una vez por semana, cada vez que lo hago me imagino al dependiente de la farmacia pensando:
- Ja, ja, ja! Va a hacer el amor! Que fuerte!
Entro en el Boots y me dirijo a la seccion donde se encuentran los anticonceptivos. El surtido es amplio y ambiguo. Los hay retardantes, de colores, de sabores, ultrafinos, estriados, etc. Ademas, las palabras que los designan -en ingles- me despistan. Me cuesta encontrar los estandar, los de toda la vida, vamos.
Me decanto finalmente por llevarme aquellos cuya caja es mas simple. Cuando mas normal sea la caja, mas normal sera el condon, razono yo.
Durex Tingle, proclama la cubierta. Desconozco el significado del termino tingle, pero dentro de un envoltorio tan sencillo no puede haber nada muy sofisticado, concluyo.
Al pagar, me sorprende que los preservativos supuestamente basicos sean dos libras mas caros que, por ejemplo, los de sabores. Comienzo a inquietarme.
Regreso a casa y leo con atencion el reverso de la caja. Si, lo se, deberias haberlo leido en la tienda, hombre, estaras pensando. La respuesta a ese comentario se encuentra en la primera frase de este post.
Bajo un preocupante simbolo de alerta, la caja informa:
Atencion. La utilizacion de estos preservativos puede provocar irritacion y molestias a ambos miembros de la pareja. En caso de suceder, dejar de utilizar inmediatamente.
Joder! Pero que demonios he comprado!?
Asustado, busco rapidamente el significado de la palabra tingle. Mis torpes dedos pasan las diminutas paginas del diccionario con enfermiza ansiedad.
- Hormigueo- me aclara mi pequenyo amigo Vox.
- Como!? Hormigas!? - exclamo yo solo, desesperado, en mi cuarto - Yo no quiero que me hormiguee nada! Solo queria unos condones y ahora tengo una especie de arma de destruccion masiva genital!
Como hago siempre, me imagino a esos jefazos de la poderosa industria anticonceptiva reunidos en su sala de juntas. La conversacion seria mas o menos asi:
- Eh, Mike! Que notaste al probarte los ultimos? -pregunta uno.
- Un picor que te cagas! - responde el bueno de Mike.
- Entonces los llamaremos Durex Hormigueo. Todos de acuerdo?
Puro marketing.

30 July 2008

Jabon

Desciendo la escalera enroscada de la discoteca en direccion a los cuartos de banyo. Empujo la puerta y entro con decision, esperando encontrar lo mismo que encuentro habitualmente en cualquier cuarto de banyo de discoteca de la costa levantina.
Dentro del cuarto de banyo hay un negro. Enorme. Esta sentado en un taburete alto junto al espejo, y viste chandal con camiseta roja.
Comienzo a echar una meada en los urinarios de pie, a pocos metros del sujeto. Soy la unica persona que se encuentra en esos momentos dentro del cuarto de banyo, asi que sospecho que el negro me debe estar observando atentamente. Giro el cuello y descubro que, en efecto, un negro me mira mientras meo.
Durante el par de segundos que nuestras miradas se cruzan, el negro asiente con complicidad.
- Puedes seguir meando, amigo - parece decirme con ese gesto.
Me subo la cremallera y me doy la vuelta en direccion a los lavabos. Antes incluso de hacer ningun gesto que delate mis intenciones, el negro lee mi mente con precision:
- Jabon? - pregunta acercandome el tipico bote de color rosa que todos tenemos en el cuarto de banyo de nuestra casa. Deja caer dos chorritos de jabon con olor a fresa sobre mis manos y, sin dejarme reaccionar, pulsa el boton automatico del grifo.
Me limpio las manos con calma bajo su atenta mirada.
- Papel? - pregunta el negro con amabilidad centesimas de segundo despues de que el grifo se cierre.
Me seco las manos con solemnidad y tiro los papeles mojados en un cubo que el negro me ofrece con su mano izquierda.
Al atravesar la puerta en direccion al exterior observo que, junto al marco, hay un platillo para dejar propinas. Hay monedas hasta de dos libras. Yo no dejo nada.
Subo las escaleras deprisa. Por si acaso.

25 July 2008

Hipotesis

Hipotesis sobre las variaciones del clima a lo largo de un dia en la ciudad de Londres (todavia sin comprobar cientificamente).

1) Si al despertarte por la manyana esta nublado, es mas que probable que termine el dia lloviendo.

2) Si al despertarte por la manyana esta lloviendo, hay grandisimas posibilidades de que termine el dia lloviendo.

3) Si al despertarte por la manyana puedes ver en el cielo claros y nubes, posiblemente termine el dia lloviendo.

4) Si al despertarte por la manyana observas una nube lejana en el horizonte, puedes apostar fuerte a que esa nube se acercara a la ciudad y terminara el dia lloviendo.

5) Si al despertarte por la manyana entra por tu ventana un sol radiante que te anima a vestir pantalon corto y chanclas, y a comprarte helados en la tienda de la esquina, terminara el dia lloviendo.

23 July 2008

Lost in translation (version turca)

1)
A Errol, el manager del restaurante turco donde trabajo ahora, le caigo bien. Me felicita constantemente por cosas que no tienen ningun merito, e insiste en decirme que en un par de semanas me ascendera a un puesto mejor si consigo aprenderme la interminable lista de platos turcos que componen el menu.
El cuarto dia de trabajo, el bueno de Errol me da un plato, me senyala una mesa, y me susurra al oido:
- Llevales esto. Es hemmes - entiendo yo.
Incapaz de memorizar el absurdo sonido que sirve para referirse a este plato, lo coloco en la mesa implorando que al cliente no se le ocurra preguntar de que se trata.
- Excuse me, what's this?
Maldicion.
- It's inmus, sir - respondo yo con seguridad.
- Sorry, what? - vuelve a preguntar.
- Femmus! - insisto yo.
El cliente asiente satisfecho y comienza a degustar su delicioso rummes. Al fondo del local, Errol, que ha observado la escena, afortunadamente demasiado lejos para oir nada, me guinya complicemente un ojo.
2)
Sorprendido ante la extremada amabilidad del jefe supremo del mi restaurante turco, pregunto como se llama a mi companyero de trabajo brasilenyo.
- Jaffar - responde.
Durante tres dias soy la persona mas feliz del planeta: mi jefe reparte bombones al finalizar cada jornada laboral y ademas se llama como el malvado personaje de una pelicula Disney.
Al cabo de este tiempo (durante el que siempre le llame, por supuesto, Jaffar), descubro que su verdadero nombre no es ese, sino Zaffer.
Lastima. Suena bien, pero me hacia mucha mas ilusion estar trabajando para el malo de la peli Aladdin.

16 July 2008

Escoba

Mi primer cometido en mi primer dia de trabajo en la cafeteria de Camden Town es barrer la terraza. Todavia no soy fijo en el establecimiento -estoy haciendo el training-, de modo que mi continuidad depende de mi actuacion en estas primeras horas de trabajo. Debo demostrar lo que valgo.
Me pasan la escoba y agarro el palo con firmeza. Con la misma seguridad con la que el jugador en el ocaso de su carrera agarra al fin el asa izquierda de la Copa de Europa.
Barro la terraza como si me fuera la vida en ello. Mis primeros y veloces movimientos de munyeca arrancan del suelo particulas aparentemente imperturbables al paso del tiempo. Sin quererlo, atraigo las miradas de los transeuntes mas cercanos y de mis nuevos companyeros de trabajo, sorprendidos ante semejante despliegue de vigor limpiatorio.
Motivados por las miradas curiosas de cerca de una decena de personas, la velocidad de los movimientos de mis antebrazos comienza a crecer a un ritmo vertiginoso. El extremo superior del palo de la escoba rota sobre su centro de gravedad a tal velocidad que es imposible distinguirlo a simple vista: igual que sucede con las aspas de un ventilador.
Centenares de personas, abrumadas por el absurdo espectaculo eolico-escobil que se desarrolla ante sus ojos, se agolpa ante la terraza de la cafeteria jaleando cada servilleta que mando a kilometros de distancia, cada mota de polvo que alejo por siempre de la orbita terrestre.
Al borde del desmayo, momentos antes de que la multitud estalle en un insolito orgasmo compartido, recojo la ultima colilla del suelo, alzo con mis dos manos la escoba y el recogedor, y me giro de cara a la muchedumbre dispuesto a recibir la mayor de las ovaciones recibidas en la capital de Inglaterra en toda su Historia.
Frente a mi, la calle esta completamente desierta. A las nueve y media de la manyana de un sabado, el unico espectador del alzamientos de mis dos preciados trofeos es el repartidor de periodicos gratuitos de la esquina.
- No, gracias- le digo.
Regreso al interior de la cafeteria y me senyalan una monstruosa pila de platos y tazas por fregar.
Agarro el estropajo y el detergente. Friego los platos como si me fuera la vida en ello.

11 July 2008

Bombas o mierda

En julio de 2007, el servicio secreto britanico evito una matanza a gran escala en la ciudad de Londres. Terroristas islamicos colocaron una bomba de gran potencia dentro de una papelera, que afortunadamente fue desactivada antes de explosionar.
A partir de este instante, el 100% de los habitantes de la capital de Gran Bretanya comenzo a tenerle panico a cualquier objeto similar a una papelera. Ciudadanos respetables de origen oriental no podian lanzar sus inmundicias al contenedor sin ser observados con miedo y resquemor por el resto del vecindario.
Afortunadamente, la clase politica dio de nuevo en el puto clavo: de manera inmediata debian retirarse todas las papeleras presentes en la ciudad, incluidas las del metro. Si no hay papeleras, no hay bombas. Facil.
Los efectos de esta brillante medida fueron todos mas que positivos. La gente volvio a perderle el miedo a salir a la calle, y los montones de mierda que se acumulaban en aceras, parques y estaciones de metro creron infinidad de nuevos puestos de trabajo.
Los malvados terroristas, mientras tanto, almacenan sus potentes bombas en casa, puesto que al no haber papeleras, no tienen donde colocar sus preciadas armas de destruccion masiva.
- We were fucking genius, man - se felicitan todavia los mandamases londinenses al recordar aquellos dias en que decidieron intercambiar bombas por mierda.

09 July 2008

Asador

Entrevista de trabajo para entrar a un bar-asador (repito, un bar-asador), cerca de la parada de St. Paul, en el centro de la ciudad.
Aunque parezca increible, las preguntas son totalmente ciertas. Las respuestas, desgraciadamente, solo ocurrieron en mi imaginacion:

- Como te definirias a ti mismo?
- Quieres oir la verdad o lo que pone en mi curriculum?

- Cual es tu libro favorito?
- Vamos a asar libros aqui?

- Cuales son tus ambiciones, en esta vida?
- Sin ninguna duda, trabajar en tu bar-asador.

- Si te diera 1000 libras en este momento, que harias?
- Sin ninguna duda, te diria que no quiero trabajar en tu mierda de bar-asador.

- Que haces los fines de semana?
- Le he gustado a este negro?

- A quien admiras?
- A Guti, claro.

- Quien es la persona mas importante en tu vida?
- Por lo menos, esta es facil.

- Que te gustaria que se escribiera en tu lapida, una vez hayas muerto?
- Que ocurre, amigo? Voy a morir aqui?

- Cual es tu suenyo, en esta vida?
- Puedo irme ya? Quiero llorar un poco.

Veinte minutos despues de entrar en el bar-asador, el entrevistador y yo nos despedimos con un apreton de manos. Jamas me telefonearon.

07 July 2008

thelondonpaper

El drama humanitario que vive la ciudad de Londres dia tras dia es desconocido para la mayor parte de la poblacion mundial.
A las afueras de esta gran ciudad, en un oscuro, misterioso valle, habita un enorme y repugnante monstruo que segrega minuto tras minuto por cada uno de sus poros cientos de miles de toneladas de periodicos gratuitos, que se acumulan junto a las puertas de la ciudad amenazando con arrasar con todo lo que encuentren a su paso.
El gobierno de la ciudad, ante tan alarmante situacion, distribuye por todas las esquinas de la urbe a decenas de miles de ciudadanos paquistanies que reparten sin cesar montones de estos periodicos entre los atareados ciudadanos londinenses.
Resulta de vital importancia la actuacion diaria de estos simpaticos personajes orientales, ya que si estos centenares de miles de toneladas de periodicos gratuitos dejaran de ser repartidos, la totalidad de la poblacion de la capital britanica quedaria sepultada rapidamente bajo multitud de noticias de dudoso interes.
Y es que, aunque no lo parezca, doce millones de personas muertas son muchas personas muertas.

03 July 2008

Anyos luz

En mi primera manyana londinense, sin todavia demasiado por hacer, decido comenzar a conocer un poco de este colosal laberinto repleto de Kentucky Fried Chickens y Starbucks.
Tomo el plano del metro (todavia no he adquirido ninguno de esos fantasticos mapas de Londres a tres libras la unidad) y elijo una parada al azar.
Londres esta dividido en nueve zonas concentricas, siendo la zona numero 1 el centro neuralgico, y la zona numero 9 el fin del universo conocido. Mas alla de los limites de dicha zona, el abismo, lo desconocido, criaturas jamas vistas, dragones (y mazmorras), el vacio absoluto, la nada.
Queen's Park es la parada del metro afortunada en mi aleatoria seleccion sin conocimiento. Si es un parque, y se lo han dedicado a la Reina, no puede estar del todo mal. Ademas , se encuentra en zona 2, con lo que me vale el billete que acabo de adquirir junto a mi hostal.
Entro, confiado, en un tren overground que me acababa de aconsejar un aparentemente seguro de si mismo empleado de la red ferroviaria londinense.
Tiempo despues, el paisaje desfila ante mis ojos sin detenerse ni un instante. Los minutos transcurren, y la primera parada del recorrido se resiste.
Extranyado, echo un vistazo al mapa impreso en la pared del vagon a muy pocos centimetros de mi nariz. Evidentemente, Queen's Park no aparece por ningun sitio.
Asustado, compruebo en mi mapa del metro la situacion de la estacion marcada como destino. Watford Junction: zona 9.
Desesperado, intento que el tren se detenga por todos los medio. Un freno de emergencia identico al que aparecia en la pelicula Regreso al Futuro III no obedece mis dramaticas ordenes; la gente a mi alrededor, anestesiados por sus preciosos ipods, no parece inmutarse ante mis pavorosos alaridos; mientras que al fondo, a escasos centenares de metros, un humeante crater que ocupa la totalidad del horizonte, comienza a devorar los primeros vagones del tren en el que me encuentro.
Emulando a un noble ciudadano andaluz que protestaba contra la brigada de bomberos de su pueblo asestando cabezazos contra la ventanilla del camion, me lanzo de cabeza contra el cristal que se encuentra a mi izquierda y lo atravieso, hiriendome de gravedad en brazos y piernas.
Ya en tierra firme, malherido pero con vida, observo como el ultimo de los vagones abandona para siempre los railes sobre los que circula, perdiendose en la inmensa negrura del fin del mundo.
Tras recrearme unos instantes con esta magnifica y apocaliptica vision, compruebo que todavia conservo mi billete de metro diario, y tomo de vuelta el tren que se dirige a la ciudad.

21 June 2008

16 June 2008

Estómagos

Estudiar en apenas dos días gran cantidad de apuntes relacionados con una asignatura puramente teórica es una actividad altamente nociva para la salud.

El cerebro, rápidamente congestionado por confusos términos como Plan General, Aprovechamiento Tipo o Coeficiente de Escorrentía, tiende a empujar en dirección descendente los conceptos memorizados a partir de la segunda hora.

Esta inesperada fuerza de impulsión, unida a la inoportuna ayuda de la fuerza de la gravedad, provoca que pesadísimas palabras como edificabilidad o reparcelación acaben pegadas a las plantas de nuestros pies.

Oxidadas deficiniones como subbase granular o excedente de aprovechamiento se adhieren sin remedio a nuestras articulaciones impidiéndonos desplazarnos con naturalidad.

Nuestros estómagos, páncreas, hígados, bazos, testículos y riñones, abrumados por la ingente cantidad de incomprensibles términos introducidos en tan corto intervalo de tiempo, olvidan su habitual función vital, situándonos en un delicadísimo estado zombi cercano al coma.

Los pulmones, incapaces de asimilar infumables ráfagas de palabrería inútil relacionada con el Marco Competencial del Urbanismo, funcionan bajo mínimos; mientras que el corazón, desacompasado y aturdido, funciona al lento ritmo marcado por el artículo 31.9 de l'Estatut Valencià.

El día de la prueba, con nuestra masa corporal multiplicada por veintisiete, y un tamaño similar al de un veterano luchador de sumo, tenemos serias dificultades para ocupar nuestro sitio en la tercera fila, a la izquierda.
En apenas dos horas y media, nuestro cuerpo supura, suda, orina, vomita, segrega los conceptos memorizados en las cuarenta y ocho horas previas. Nuestro volumen corporal mengua a un ritmo médicamente inexplicable.

Ya en el exterior, de vuelta a nuestros habituales setenta y un kilos, la rejuvenecida masa cerebral es incapaz de recordar el nombre de la asignatura a la que nos acabamos de presentar.

La boca sonríe.

25 May 2008

Espumoso brebaje

Cruza las puertas batientes y el mundo comienza a moverse al triple de su velocidad habitual.

Las doce copas con el espumoso brebaje color amarillo se tambalean espontáneamente sobre la bandeja sin superficie antideslizante.

Jaurías de niños enfurecidos se cruzan en su camino a velocidades cercanas a la de la luz, dejando a su paso toneladas de pieles de plátano por el suelo.

Huracanados vientos de dirección este-oeste que provocan el tintineo de sus copas, impiden el avance en línea recta.

Comensales famélicos afinan su puntería con huesos de rape utilizando como diana los ojos del sorprendido empleado.

El anunciado terremoto de magnitud 7.5 en la escala de Richter hace su aparición en el instante en que el camarero alcanza la posición de su descansado compañero.

Exhausto, esboza una media sonrisa al comprobar que, a pesar de todo, sigue con vida y nadie ha resultado herido/manchado.

Nueve segundos después, todo vuelve a comenzar.

04 May 2008

Mi vida sin móvil

Tras poco meditarlo, he decidido prolongar mi bonita racha de perder objetos de valor, extraviando en el día de ayer mi relativamente nuevo teléfono móvil.
En todo un alarde de pasión por la investigación sin precedentes en mi persona, he decidido convertirme en cobaya humana introduciéndome voluntariamente en un novedoso proyecto científico al que he bautizado como Mi vida sin móvil -en claro homenaje coixetiano-.
Así pues, no voy a comprarme un teléfono nuevo, con el firme objetivo de analizar cómo se vive en el mundo de hoy sin un cacharro de estos.
No sé muy bien a dónde me llevará todo esto. Puede que mañana lo encuentre en mi mochila y tras besarlo ininterrumpidamente durante veinte minutos, abandone inmediatamente este absurdo proyecto. Podría darse el caso también de que el aparato jamás volviera a aparecer, y que la falta de contacto humano a partir del día de hoy me llevara a convertirme en un ser incapaz de relacionarse de manera normal con los demás, enganchado al porno en la Red y sin amigos no-virtuales.
Sea cual sea mi futuro a partir de hoy, que venga, que le estoy esperando.
Mi vida sin móvil: día Uno.

01 May 2008

Car-pooling

A día de hoy, para un estudiante universitario, realizar un trabajo para cualquier asignatura no consiste en mucho más que dedicar un determinado número de horas buceando por internet hasta dar con la información que se buscaba. La época de las enciclopedias Monitor parece haber concluído definitivamente.
Debo realizar un trabajo sobre Estrategias para el Control del Tráfico Urbano. Medidas que ayuden a mitigar el elevado número de vehículos de nuestras ciudades. Tras googlear durante cinco minutos, doy con una estrategia que parece interesante: car-pooling.
Según Wikipedia, car-pooling es la utilización compartida de un vehículo por personas que deban realizar, día tras día, el mismo recorrido. Satisfecho con las tres primeras líneas, copio y pego el texto completo y lo añado al trabajo.
Días después, cerca de finalizar la investigación, releo de arriba a abajo todo lo que llevo escrito hasta el momento. En el apartado sobre el car-pooling, además de la mencionada definición, se incluye una evolución histórica del concepto y se dan ejemplos concretos aplicados en ciudades europeas. Fabuloso.
La última línea del apartado, sin embargo, no llega a encajar del todo con la temática del monográfico:
"En la jerga lésbica, car-pooling también se refiere a la práctica de sexo entre dos mujeres mediante un vibrador con doble falo".
Nota mental: revisar siempre todo aquello que se copia y pega de Wikipedia.

28 April 2008

Vergüenza

"Suspenden los relevos finales de la antorcha olímpica en París por las protestas de manifestantes pro-tibetanos"
Chicos y chicas: seamos todos honestos de una puñetera vez y formulemos la pregunta que tenemos vergüenza de hacer por miedo a parecer unos indocumentados sin sentimientos:
¿Se puede saber qué coño pasa en el Tíbet?

25 April 2008

Tragedia

Comienzo, a principios de esta semana, el montaje del que será el primer cortometraje de mi carrera como cineasta de éxito. El ritmo es lento (un minuto de corto=una hora de vida real), pero merece la pena: es divertido y gratificante.
El miércoles por la tarde acudo de nuevo al aula donde trabajo en este ambicioso proyecto, en la cual se suponía que no tenía acceso ningún otro alumno más -a excepción de mis otros compañeros de taller, of course-. Nuestros valiosos archivos, por tanto, no corrían ningún peligro.
Arranco el ordenador y observo que, sin razón aparente, los siete minutos y medio que tenía ya finalizados (recuerdo:siete horas y media de trabajo) han desaparecido del escritorio. No están. Ni en la Paperera de Reciclatge, ni en Els Meus Documents, ni en ningún sitio. Todos los archivos, la carpeta entera con mi nombre como título, se han esfumado. Se masca la tragedia. El suicidio y el asesinato masivo de inocentes son las dos primeras ideas que cruzan de manera fugaz mi mente en estado de shock.
Acudo despavorido en ayuda del informático, explicándole entre sollozos lo sucedido. Sus palabras, rebosantes de inteligencia, son las siguientes:
- A veces, los accidentes ocurren.
Me quedé mucho más tranquilo, la verdad.

01 April 2008

Pantalones

Yo (concretamente) tengo una manía. En la biblioteca, antes de empezar a estudiar, tengo que ir al cuarto de baño a beber un poco de agua. Aunque no tenga sed. Aunque me acabe de terminar una litrona de Aquarius. Tengo que ir al baño a beber agua.
Hoy, como cada día, antes de comenzar, voy al cuarto de baño a mojarme un poquito los morros.
Entro al aseo, y un chico ya se encuentra allí dentro, frente a uno de esos urinarios de pie, orinando. Hasta aquí todo normal. Lo curioso del asunto es que el joven en cuestión tiene los pantalones bajados hasta las rodillas y se rasca sus nalgas peludas con ambas manos. Todo ello mientras mea.
Durante unas eternas centésimas de segundo, dudo entre aplaudir a este deshinibido zagal o llamar urgentemente a la policia. El joven, sobresaltado, y tras recordar súbitamente que no se encontraba en su casa, se sube rápidamente los pantalones y decide huir despavorido del cuarto de baño.
Sin embargo, y únicamente por un instante, nuestras miradas se cruzan. Ni él ni yo lo podemos creer. De entre las ciento cincuenta y cuatro personas que se encontraban en ese momento en la biblioteca, he sorprendido rascándonse el culo con los pantalones por las rodillas mientras echaba una meada al chico sentado justo a mi izquierda.
Mientras bebo (sin sed) ardo en deseos de volver a mi asiento.

22 March 2008

Chicle de menta

Tras dos días repletos de nostálgicos análisis televisivos, tomo el tren de vuelta a mi ciudad natal. Me siento, junto a la ventana, en el asiento 7C del quinto vagón.
Instantes después, llega la que será mi compañera de asiento durante las próximas tres horas. Tiene el pelo teñido de rubio, mofletes anchos y caderas generosas. Sonríe: aparenta ser simpática y tener ganas de conversación. Al sentarse, desprende un aroma mezcla de chicle de menta y perfume del Zara. Me gustan las chicas que huelen a chucherías. Me dispongo para -quizás- mantener una fascinante conversación con una desconocida catalana.
Antes de arrancar, a la chica con olor a golosinas le suena el móvil.
- Sí, ya estoy en el tren. -Pausa- Sí. -Pausa- No, no me ha tocado ningún moro al lado, que si no, me bajo.
Genial. Estoy deseando empezar a enamorarme de ella.

12 March 2008

Puesta de Sol

Me despierto temprano y salgo a la calle. Mientras camino, el sol de la mañana me hace entornar los ojos. La temperatura es fantástica y no hay demasiados coches alrededor. Guardo la chaqueta en la mochila y voy en manga corta por primera vez en varios meses.
Todo tiene buena pinta alrededor. Un niño me saca la lengua desde el coche de su madre; del interior de una tienda de zapatos se escabulle una canción que me encanta; me cruzo con una chica guapa y me sonríe. Nada puede mejorar. ¡Si hasta yo estoy increíblemente atractivo!, exclamo tras verme reflejado en un escaparate. ¿Estaré viviendo hoy el mejor día de mi vida?
Segundos más tarde, un amable anciano apoyado en una esquina me entrega un folleto tamaño cuartilla. Bajo la vista y leo horrorizado el lapidario encabezamiento:
CONSUELO PARA DEPRIMIDOS
Una melancólica fotografía de una retocada puesta de Sol acompaña el insólito título.
Automáticamente, todo se me viene abajo. ¿Es esta la imagen que doy al exterior en el ya catalogado como Mejor Día de mi Vida?
¿Tengo pinta de necesitar consuelo urgente? O peor aún, ¿de estar deprimido?
¿Qué pretendía este abuelo hijodeperra?

06 March 2008

Surrealismo en estado puro

Papelería:

- ¿Hacéis fotocopias? - pregunta un joven cliente.

- ¿De papel? - responde la dependiente.

- Hmm... sí - contesta el joven.

- No, de papel no. - explica la propietaria del establecimiento.

El joven se disculpa y sale del local.

03 March 2008

Evolución

Irlanda fue, en una época muy muy lejana, un país poblado exclusivamente por ovejas.
Este inteligente mamífero, dotado de una sorprendente capacidad de adaptación al medio, se reprodujo y evolucionó a grandísima velocidad, edificando una de las civilizaciones más poderosas de la Historia del planeta Tierra.
Las ovejas descubrieron, al mismo tiempo, el fuego, la rueda y la bombilla. El mismo día. Solo así se explica su aceleradísima evolución.
En cuestión de pocos centenares de años, las ovejas poblaron la totalidad de la superficie de este país pintado de verde. Construyeron carreteras, puentes, puertos, aeropuertos y plataformas de lanzamiento al espacio exterior.
Las grandes ciudades ovinas, no demasiado diferentes de las que existen en la actualidad en nuestro planeta, poseían altísimos rascacielos repletos de oficinas de importantes empresas comerciales, todas irlandesas, obviamente: el resto de la población terrestre no eran más que unos cuantos simios estúpidos tratando patéticamente de evolucionar a homo sapiens.
Las ovejas dominaron, en pocos años, todo lo referente a la tecnología nuclear, los viajes al espacio y a través del tiempo. Jamás les afectó el cambio climático puesto que sus vehículos iban propulsados por combustibles que no generaban emisiones contaminantes.
Cuando a estos simpáticos animales no les quedó nada más por descubrir -comprobaron matemáticamente que Dios no existe, vieron el final de Perdidos- decidieron voluntariamente acabar con todo lo que habían creado. Mediante un sofisticado sistema de destrucción de civilizaciones, arrasaron con todo a su alrededor y borraron cualquier signo de su presencia en la isla desde la que habían sido capaces de dominar el Universo.
Actualmente, las ovejas siguen habitando en este país, aunque su actitud de total sumisión al ser humano les da una apariencia que oscila entre la inocencia y la estupidez. No nos confiemos, detrás de esa mirada bobalicona y esos excrementos perfectamente esféricos se esconden las mentes más inteligentes que jamás conoció el planeta terrestre. La revolución ovina -recordemos que en Irlanda la proporción de ovejas frente a seres humanos debe estar alrededor del 10 a 1- puede estar a punto de comenzar.

11 February 2008

Patito

-Ahí están- dice el agente.

Agazapados en sus tres coches patrulla -sirenas desconectadas, luces apagadas- seis policías observan al trío de delincuentes. En el otro extremo de la calle, dos agentes más, vestidos de paisano, esperan escuchar en sus walkie-talkies la palabra clave -patito- para poder pasar a la acción.

A juzgar por sus apariencias, se trata sin duda de tres ciudadanos altamente conflictivos. Se desconoce su historial policial, pero éste debe estar probablemente poblado por numerosos atracos a mano armada, violaciones, atropellos de ancianas y multas de tráfico.

La abundante cabellera de uno de los sujetos lo convierte en potencialmente peligroso para la seguridad ciudadana, ya que es más que posible que en ella almacene gran cantidad de armas de destrucción masiva, sustancias estupefacientes y alguna que otra familia ecuatoriana ilegal.

Los otros dos individuos no presentan rasgos capilares destacables, pero sus sospechosos jerseys a rayas horizontales indican que probablemente pertenezcan a alguna violenta banda criminal proveniente de Europa del Este, África del Norte o América del Sur.

Además, están bebiendo en la calle. Solo se observa una botella, aunque lo más probable es que almacenen los otros diez litros de ron que quieren ingerir cada uno a pocos metros de donde se encuentran. Se sospecha también que utilizarán las botellas vacías de cristal para lanzarlas contra las ventanas del ayuntamiento, y que vaciarán la coca-cola restante sobre los ojos de algún niño mudo.

- Patito - dice el agente.

Los agentes de paisano se acercan con paso firme al trío de malhechores. Los otros seis policías, cierran la única vía de huída saliendo de sus coches patrulla. Manos sudadas sobre revólveres cargados.

Sorprendentemente, el trío de vándalos juveniles no se resiste a la acción de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Entregan dócilmente sus documentos nacionales de indentidad -todos en regla- y deciden no hacer uso de las granadas de mano almacenadas en la cabellera de uno de ellos. Preguntan a cuánto asciende el importe de la sanción y se alejan sonriendo.

- Se habrán dejado las navajas en el zulo- dice el agente.

28 January 2008

Rabo

Seguramente tú seas uno de los que hace no muchos días recibió un e-mail mío diciéndote que tuvieras cuidado si recibías algún correo mío que te pareciera un poco extraño. Te lo vuelvo a decir: si te llega desde mi dirección de correo algún e-mail ligeramente sospechoso, no lo abras: es posible que sea un virus.
Yo me lo tragué. Recibí un correo de un amigo con un encabezamiento de lo más extraño, y aún así lo abrí. Tengo el portatil a pelo, sin antivirus, con un par de huevos, así que ahora el pobre agoniza por momentos.
Lo curioso de todo el asunto es el título que tenía el e-mail en cuestión, que me hace preguntarme una y otra vez por qué demonios lo abrí, teniendo en cuenta que aquello no podía acabar bien de ninguna de las maneras.
Al fin y al cabo, un correo cuyo asunto es EL RABO MÁS GRANDE DEL MUNDO, no puede traerte nada bueno, jamás en la vida.
En efecto amigos, mi ordenador está infectado por un potente virus informático que entró en mi disco duro a través de un correo que prometía enseñarme el rabo más grande del mundo, ni más ni menos.
¿Por qué lo abrí?
¿Soy gilipollas?
¿Qué esperaba encontrar, aparte de un descomunal rabo o un enorme virus informático?

19 January 2008

Bucle infinito

Una de las muchísimas cosas que te puede ocurrir en el día que tienes que hacer un examen muy complicado, es despertarte con una canción atravesada.

Sin venir a cuento, esa canción ha aparecido en tu mente pocos segundos después de haber abierto los ojos. Por mucho que lo intentas, la canción sigue ahí, sonando sin parar, como en un bucle infinito.

A partir de aquí, pueden ocurrir dos cosas:

A) Que la canción te guste. Pasarás las cuatro horas y media que dura el examen con una bonita melodía que te hará más facil y agradable la resolución de la prueba.

B) Que detestes la canción. Las siguientes cuatro horas y media serán las peores de tu vida desde que te dejaron de crecer los dientes. La nota final será inversamente proporcional al odio que le tengas a la canción en cuestión.

Esta mañana, una hora y media antes del examen, me he despertado con la siguiente canción en la cabeza:


Juzgad vosotros mismos.

18 January 2008

Último día de vida

Hace un año pasó esto:


Mañana, justo un año después, me dispongo a hacer otra vez el mismo examen.

El día antes de un examen muy complicado, un estudiante se siente como un reo al que están a punto de ejecutar mediante inyección letal. Por detrás, ya ha consumido todo el tiempo del que disponía. Por delante, pocas horas de vida.

Llevo tanto tiempo dedicado a estudiar el mismo examen que el simple hecho de acercarme a la enorme mesa repleta de folios rayados me provoca una pereza infinita. Sin embargo, me obligo a caminar hasta ella.

Sentado ante unos apuntes ya desgastados, con un boli medio roto en la boca, observo el jarrón que hay delante de la mesa durante veinte minutos, aproximadamente. Imposible intentar un problema más, memorizar un dato más, escribir un número más. Muevo el boli en dirección al papel, pero reacciono a tiempo y decido contemplar el jarrón durante diecisiete minutos más.

Estoy atrapado. Me obligo a sentarme ante folios en blanco y calculadoras apagadas sabiendo que ni siquiera puedo sumar dos y dos. De la misma manera, soy incapaz de realizar cualquier otra actividad no relacionada: mi manipuladora mente se vuelve contra mí mismo: si decido salir a la calle a dar un paseo, me sorprende con un enigmático:
¿Y si al final le da por preguntar aquello que ya puso en septiembre de 2004 y has decidido no mirarte, capullo?.
Si por el contrario tomo la decisión de acabar con el sufrimiento de una vez por todas tumbándome al sofá, me sobresalta con un inquietante:
¿Será capaz de repetir lo que preguntó hace apenas un mes en diciembre de 2007 y todavía no has podido comprender del todo, tontín?.
Si me da por sentarme frente al ordenador a escribir un post absurdo, me golpea con un lapidario:
¿Pero qué haces aquí, gilipollas, pudiendo estar aprendiendo aquello que salió en junio de 1997 y jamás ha vuelto a ser preguntado?

Mi mente me insulta constantemente. Me odia en un día como hoy, y yo también la odio a ella. Mi mente es una hija de perra, hombre. Pero mañana nos necesitamos. Mañana iremos de la mano. Mi mente y yo recorremos mañana juntos el corredor de la muerte.

14 January 2008

Colocado

Salgo de la biblioteca y, camino del coche, encuentro en el bolsillo del pantalón un cigarro que debía estar allí esperándome desde alguna ya lejana noche de fiesta.
Como la mayoría sabeis, no fumo habitualmente. Sin embargo, hoy decido hacer algo que nunca he hecho antes: fumar mientras conduzco.
Ya a salvo en casa, diré que fumar en el coche es una actividad más peligrosa que practicar puenting con la goma sujeta al dedo meñique del pie, y más complicada que pilotar un Boeing 747 con la mano izquierda y los ojos cerrados.
Para empezar, decido encender el cigarro cuando tengo el coche ya en marcha. No tengo mechero, así que me veo obligado a utilizar el encendedor del coche. Aprieto el botón, y cuando el aparato ya está caliente lo dirijo al cigarrillo que ya se encuentra convenientemente colocado en mi boca. La última vez que usé este artilugio (con doce años) terminé con la punta del dedo índice chamuscada, con lo que todavía le guardo algo de respeto. Intentando no abrasarme la nariz, aparto durante dos segundos la mirada de la carretera. Cuando vuelvo a mirar al frente, me doy cuenta de que estoy invadiendo peligrosamente el carril contrario (vacío, afortunadamente). He conseguido encender el cigarrillo y sigo con vida.
Doscientos metros más adelante, me doy cuenta de que no tiene ningún sentido fumar en el coche con las ventanillas bajadas. El ambiente comienza a estar peligrosamente cargado y la ceniza está a punto de caer sobre mis pantalones limpios. La abro, y una fría ráfaga de viento irrumpe en el interior de mi vehículo, lanzando la humeante ceniza sobre mis cara. Medio ciego, y con un horrible sabor a cenicero en mi boca, me concentro en no atropellar al anciano que cruza el paso de peatones.
Minuto y medio más tarde, recuerdo que las personas que suelen fumar en sus vehículos tienen tres manos: a mí me falta una. Si coloco el cigarro en mi mano izquierda, no consigo hacer girar el volante; si lo pongo en la derecha, lo pierdo cada vez que cambio de marcha; si me lo dejo en la boca, tengo pinta de gilipollas.
Estoy tan increíblemente concentrado en no perder de vista la calzada que las pocas caladas que consigo darle al cigarrillo son de campeonato. Resultado: dos minutos después de haberlo encendido, estoy mareado. Son las siete de la tarde de un lunes y conduzco mi coche completamente colocado.
Instantes después, el tabaco no se ha consumido completamente pero decido acabar de inmediato con este peligro rodante en el que me he convertido. Abro completamente la ventanilla y lanzo con rabia el cigarro que a punto ha estado de costarle la vida a cientos de personas a mi alrededor.
-¡Muere, cabrón! - grito, triunfante.
A modo de venganza, la colilla, todavía llameante, se deja llevar por el viento en contra, y vuelve a entrar por la ventanilla abierta de mi coche, posándose tranquilamente sobre el asiento de atrás. El espejo retrovisor, cómplice, me devuelve hasta llegar a casa la imagen de mi derrota.