28 April 2008

Vergüenza

"Suspenden los relevos finales de la antorcha olímpica en París por las protestas de manifestantes pro-tibetanos"
Chicos y chicas: seamos todos honestos de una puñetera vez y formulemos la pregunta que tenemos vergüenza de hacer por miedo a parecer unos indocumentados sin sentimientos:
¿Se puede saber qué coño pasa en el Tíbet?

25 April 2008

Tragedia

Comienzo, a principios de esta semana, el montaje del que será el primer cortometraje de mi carrera como cineasta de éxito. El ritmo es lento (un minuto de corto=una hora de vida real), pero merece la pena: es divertido y gratificante.
El miércoles por la tarde acudo de nuevo al aula donde trabajo en este ambicioso proyecto, en la cual se suponía que no tenía acceso ningún otro alumno más -a excepción de mis otros compañeros de taller, of course-. Nuestros valiosos archivos, por tanto, no corrían ningún peligro.
Arranco el ordenador y observo que, sin razón aparente, los siete minutos y medio que tenía ya finalizados (recuerdo:siete horas y media de trabajo) han desaparecido del escritorio. No están. Ni en la Paperera de Reciclatge, ni en Els Meus Documents, ni en ningún sitio. Todos los archivos, la carpeta entera con mi nombre como título, se han esfumado. Se masca la tragedia. El suicidio y el asesinato masivo de inocentes son las dos primeras ideas que cruzan de manera fugaz mi mente en estado de shock.
Acudo despavorido en ayuda del informático, explicándole entre sollozos lo sucedido. Sus palabras, rebosantes de inteligencia, son las siguientes:
- A veces, los accidentes ocurren.
Me quedé mucho más tranquilo, la verdad.

01 April 2008

Pantalones

Yo (concretamente) tengo una manía. En la biblioteca, antes de empezar a estudiar, tengo que ir al cuarto de baño a beber un poco de agua. Aunque no tenga sed. Aunque me acabe de terminar una litrona de Aquarius. Tengo que ir al baño a beber agua.
Hoy, como cada día, antes de comenzar, voy al cuarto de baño a mojarme un poquito los morros.
Entro al aseo, y un chico ya se encuentra allí dentro, frente a uno de esos urinarios de pie, orinando. Hasta aquí todo normal. Lo curioso del asunto es que el joven en cuestión tiene los pantalones bajados hasta las rodillas y se rasca sus nalgas peludas con ambas manos. Todo ello mientras mea.
Durante unas eternas centésimas de segundo, dudo entre aplaudir a este deshinibido zagal o llamar urgentemente a la policia. El joven, sobresaltado, y tras recordar súbitamente que no se encontraba en su casa, se sube rápidamente los pantalones y decide huir despavorido del cuarto de baño.
Sin embargo, y únicamente por un instante, nuestras miradas se cruzan. Ni él ni yo lo podemos creer. De entre las ciento cincuenta y cuatro personas que se encontraban en ese momento en la biblioteca, he sorprendido rascándonse el culo con los pantalones por las rodillas mientras echaba una meada al chico sentado justo a mi izquierda.
Mientras bebo (sin sed) ardo en deseos de volver a mi asiento.