25 April 2008

Tragedia

Comienzo, a principios de esta semana, el montaje del que será el primer cortometraje de mi carrera como cineasta de éxito. El ritmo es lento (un minuto de corto=una hora de vida real), pero merece la pena: es divertido y gratificante.
El miércoles por la tarde acudo de nuevo al aula donde trabajo en este ambicioso proyecto, en la cual se suponía que no tenía acceso ningún otro alumno más -a excepción de mis otros compañeros de taller, of course-. Nuestros valiosos archivos, por tanto, no corrían ningún peligro.
Arranco el ordenador y observo que, sin razón aparente, los siete minutos y medio que tenía ya finalizados (recuerdo:siete horas y media de trabajo) han desaparecido del escritorio. No están. Ni en la Paperera de Reciclatge, ni en Els Meus Documents, ni en ningún sitio. Todos los archivos, la carpeta entera con mi nombre como título, se han esfumado. Se masca la tragedia. El suicidio y el asesinato masivo de inocentes son las dos primeras ideas que cruzan de manera fugaz mi mente en estado de shock.
Acudo despavorido en ayuda del informático, explicándole entre sollozos lo sucedido. Sus palabras, rebosantes de inteligencia, son las siguientes:
- A veces, los accidentes ocurren.
Me quedé mucho más tranquilo, la verdad.

4 comments:

Anonymous said...

Las incógnitas de la informática...

Menchu said...

¿su majestad...?

Anonymous said...

la pinche informatica...

Anonymous said...

¿Lo dudabais...?