23 March 2009

Anfield Road

Antes de entrar en Anfield te imaginas muchas cosas.
Sabes que la entrada al estadio se hará a través de una rendija de palmo y medio, muy inglesa, abierta en la pared, por la que tendrás que pasar casi de perfil, como quien entra en una ruidosa caverna repleta de monstruos vestidos de rojo.
Sospechas que el asiento que te corresponde en la grada será pequeño, incómodo, de madera; que tu cuerpo quedará completamente encajado entre las personas que tienes a derecha e izquierda, resultando imposible no comentar cada jugada con el desconocido que tendrás al lado.
Intuyes que, al aproximarse el equipo rival a The Kop, la grada al completo dedicará una enorme ovación a quien en pocos minutos se convertirá en su enemigo; y que el enemigo, sorprendido ante la ausencia de los cotidianos insultos y escupitajos, devolverá el aplauso entre confundido y emocionado.
Crees que, cuando ya sea completamente de noche, empieces a olvidarte del frío, y aparezca la luna llena por encima del Main Stand, oirás las primeras notas de lo que has venido a escuchar, levantarás una bufanda de dos colores, se te humedecerán los ojos y pasarás un brazo por encima del hombro a quien te ha llevado hasta allí.
Entonces entras en Anfield, y todo lo que habías imaginado, se te queda pequeño.

2 comments:

Anonymous said...

Ese Tony ahi!

Ramón said...

Has estado en Anfield?
Precioso, no?