25 May 2008

Espumoso brebaje

Cruza las puertas batientes y el mundo comienza a moverse al triple de su velocidad habitual.

Las doce copas con el espumoso brebaje color amarillo se tambalean espontáneamente sobre la bandeja sin superficie antideslizante.

Jaurías de niños enfurecidos se cruzan en su camino a velocidades cercanas a la de la luz, dejando a su paso toneladas de pieles de plátano por el suelo.

Huracanados vientos de dirección este-oeste que provocan el tintineo de sus copas, impiden el avance en línea recta.

Comensales famélicos afinan su puntería con huesos de rape utilizando como diana los ojos del sorprendido empleado.

El anunciado terremoto de magnitud 7.5 en la escala de Richter hace su aparición en el instante en que el camarero alcanza la posición de su descansado compañero.

Exhausto, esboza una media sonrisa al comprobar que, a pesar de todo, sigue con vida y nadie ha resultado herido/manchado.

Nueve segundos después, todo vuelve a comenzar.

1 comment:

Anonymous said...

y te falta decir que derepente el suelo se ha convertido en una pista profesional de patinaje sobre hielo (y vas sin patines...)