12 June 2007

Atraco

Os comentaba hace un par de días mi encuentro con un chavalillo al que hacía mucho tiempo que no veía, y a quien había encontrado muy mayor.

Como os decía, salí preocupado de aquel encuentro por si mi reacción al verle había sido demasiado parecida a la de una persona mayor; aunque el problema -y yo no lo sabía en ese momento- era muchísimo más grave.

Mientras conversábamos, los amigos del chico nos observaban desde el final de la calle, por lo visto, atemorizados: pensaban que su amigo estaba siendo atracado por un auténtico macarra como yo.

Sus desconfiados compañeros interpretaron que su tímida mirada se trataba sin duda de una sensación de auténtico pavor; sus cortas respuestas eran desesperadas súplicas de clemencia; e incluso el choque de manos final era el momento en que el pobre chico me entregaba el dinero que yo me iba a gastar después en drogas.

Yo, preocupado por si había parecido un abuelete al saludarle, cuando lo que de verdad parecía es un atracador de poca monta.

Dos cosas: o muy acojonados van los chavales de hoy en día por la calle, o muy largo tengo el pelo.

1 comment:

Ramón said...

Sin duda, tienes el pelo muy largo. Porque no me creo que unos chavalines de Castellón (en esa zona de España en donde se ve de todo; sólo hay que ver Antena3 Noticias un día cualquiera) te tengan miedo. Siento decirte esto, pero no das miedo, David!! Bueno, quizás por la altura, pero nada más. jejejjee