10 October 2008

Cuchillo

Anoche me ocurrió una cosa muy extraña.
Caminaba por una calle vacía y me crucé con un hombre bajito. Se puso frente a mí y, nervioso, me dijo mirando a los ojos:
- Dame seis euros y treinta centimos, hijo de perra.
Su curioso tono de voz me resultaba muy familiar, aunque el pañuelo negro que le cubría la mitad inferior del rostro me impidió reconocerlo en ese instante.
- Dámelos ya, cerdo, o te clavo este cuchillo en el estómago - insistió el hombre bajito con voz aguda.
Traumáticas experiencias adolescentes han provocado que me convierta en un auténtico gallina ante este tipo de situaciones, de modo que, muy asustado, saqué el billete de diez euros que llevaba en la cartera.
El señor bajito, guardó el enorme machete en el bolsillo de su americana estilo neoyorquino, y me devolvió los tres euros con setenta correspondientes al cambio.
Con mi dinero ya en su poder, el hombre bajito me miró con ojos incómodos. Parecía sentirse mal por lo que acababa de hacer: sin duda, el de atracador nocturno no era su oficio principal.
- Lo siento tío. -acerté a comprender a través del pañuelo que cubría su boca. - Lo siento de verdad. Me apetecía un montón hacer una película en una ciudad española, con actores reconocidos y diálogos curiosos. No era mi intención que todo esto acabara así, en serio.
Me dejó ir.
Con algo menos de dinero en el bolsillo, aunque sin un cuchillo clavado en el estómago, me acosté con cara de gilipollas.

2 comments:

Anonymous said...

la misma peli una y otra y otra y otra vez...
te lo tienes merecido!!jajaja
Paz

Laura R said...

?!!!!