Un día, empezó a dolerme un poco más, así que decidí acudir a la clínica para pedir consulta con el médico y que me mandara así descansar unas cuantas semanas. Si no me lo decía un médico, me veía incapaz de parar de correr y saltar.
- Le puedo dar hora para el 7 de diciembre de 2018- me dijo su amable secretaria.
- ¡Pero eso es dentro de once años! - respondí yo, sorprendido.
- Hasta entonces, lo tenemos todo lleno - argumentó ella.
Apunté la fecha y salí de la clínica (privada).
Durante estos últimos once años, sigo corriendo y saltando: ningún médico me ha sugerido lo contrario.
Acudo de nuevo a la clínica a la fecha y hora convenidas. El médico me recibe con semblante serio.
- Me duele la rodilla izquierda - le digo.
- ¡Pero si usted no tiene pierna izquierda, señor! - responde el médico. (En el año 2018, ya soy un señor).
- Lo sé, doctor. La perdí en el año 2011. Nadie me dijo que dejara de correr y saltar - contesto yo, inocente.
- En fin, yo ya no le puedo ayudar. Si quiere, le puedo dar el teléfono de un reputado traumatólogo, que le podrá implantar una moderna pierna biónica- aconseja el doctor.
- De acuerdo - le digo a modo de despedida.
Vuelvo a casa y llamo al traumatólogo.
- Quiero una pierna biónica. - le digo a su secretaria - Izquierda - añado.
- Perfecto, caballero. Le puedo dar hora para el 8 de enero de 2032- me dice la amable secretaria.
2 comments:
Pero esto te ha pasado de verdad?
Hombre, todavía tiene pierna...
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