16 July 2008

Escoba

Mi primer cometido en mi primer dia de trabajo en la cafeteria de Camden Town es barrer la terraza. Todavia no soy fijo en el establecimiento -estoy haciendo el training-, de modo que mi continuidad depende de mi actuacion en estas primeras horas de trabajo. Debo demostrar lo que valgo.
Me pasan la escoba y agarro el palo con firmeza. Con la misma seguridad con la que el jugador en el ocaso de su carrera agarra al fin el asa izquierda de la Copa de Europa.
Barro la terraza como si me fuera la vida en ello. Mis primeros y veloces movimientos de munyeca arrancan del suelo particulas aparentemente imperturbables al paso del tiempo. Sin quererlo, atraigo las miradas de los transeuntes mas cercanos y de mis nuevos companyeros de trabajo, sorprendidos ante semejante despliegue de vigor limpiatorio.
Motivados por las miradas curiosas de cerca de una decena de personas, la velocidad de los movimientos de mis antebrazos comienza a crecer a un ritmo vertiginoso. El extremo superior del palo de la escoba rota sobre su centro de gravedad a tal velocidad que es imposible distinguirlo a simple vista: igual que sucede con las aspas de un ventilador.
Centenares de personas, abrumadas por el absurdo espectaculo eolico-escobil que se desarrolla ante sus ojos, se agolpa ante la terraza de la cafeteria jaleando cada servilleta que mando a kilometros de distancia, cada mota de polvo que alejo por siempre de la orbita terrestre.
Al borde del desmayo, momentos antes de que la multitud estalle en un insolito orgasmo compartido, recojo la ultima colilla del suelo, alzo con mis dos manos la escoba y el recogedor, y me giro de cara a la muchedumbre dispuesto a recibir la mayor de las ovaciones recibidas en la capital de Inglaterra en toda su Historia.
Frente a mi, la calle esta completamente desierta. A las nueve y media de la manyana de un sabado, el unico espectador del alzamientos de mis dos preciados trofeos es el repartidor de periodicos gratuitos de la esquina.
- No, gracias- le digo.
Regreso al interior de la cafeteria y me senyalan una monstruosa pila de platos y tazas por fregar.
Agarro el estropajo y el detergente. Friego los platos como si me fuera la vida en ello.

1 comment:

Anonymous said...

hola D!como va??? al final me voy a vancouver...el sabado q viene..el FIB guay pero n fui a Sigur Ros...a ver si me escribes un emilio y te contesto; bueno o si no te lo escribo yo
pd: el cd mola

tortugeando!