He conducido hacia la universidad recordando con una leve sonrisa en la cara el momento en que aquel audaz joven apareció en mi despacho pocos días antes de un examen, con una pollita pintada en un papel.
He subido las escaleras de la facultad de tecnología evocando el instante en que este intrépido zagal me pedía información sobre una reunión con siete mesecillos (de nada) de retraso.
http://politonodragostea.blogspot.com/2006/10/retraso.html
Hoy -un año después- se repetía la reunión, y mi mente no alcanzaba a adivinar lo que tendría entre manos este despistado muchachillo.
He entrado en el aula y cincuenta y cuatro caras se han girado de manera automática para recibirme. He buscado la suya y no la he encontrado. No está. No ha venido.
He dado la charla sin motivación alguna, triste, con ganas de suicidarme esnifando polvo de tiza, esperando que la puerta se abriera de un momento a otro y apareciera él sin pantalones, con el pelo teñido de rosa, o con un trozo de tortilla en la cara; pero nada de esto ha ocurrido.
De vuelta de nuevo en mi despacho, hasta el cielo de las fotos de paisajes exóticos que tengo colgadas en la pared, estaba nublado.
5 comments:
Y es que David ya no va a clase porque ya ha terminado la carrera!!
O me equivoco??
Yo ayer estuve 'triste' porque era, probablemente, la última clase de mi vida.
...jajajajajajaja...
grande.
amamos a ese calvo :)
ay no!el calvo no! juasjuas...
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